El kéfir es una bebida que se obtiene de la fermentación de un grupo de bacterias del mismo nombre, sin añadir azúcares artificialmente. Puede prepararse en una base de leche para obtener una especie de yogur o con una mezcla de té, en cuyo caso resulta una bebida fermentada naturalmente gasificada.
Aunque se ha popularizado recientemente en varios países, incluido el nuestro, investigaciones indican que esta bebida ya se consumía hace más de 12.000 años en Rusia.
El kéfir tiene un aspecto a pequeñas coliflores, éstos nódulos se conforman de un polisacárido -conjunto de azúcares simples- llamado kefiran. En la superficie del granulo coexiste un conjunto de hongos y de bacterias que permiten el proceso de fermentación.
Como con cualquier otro estilo de producción casera de yogur, los gránulos de kéfir son reciclables, por lo que durante el proceso de fermentación se crean nuevos nódulos o granos que permiten fabricarlo una y otra vez.
Beneficios
- El kéfir de leche tiene una estructura distinta a la leche líquida, la fermentación produce el cambio de la estructura y hace que tenga mejor digestibilidad o se digiera mejor. Aporta una cantidad importante de lactosa (difícil de digerir para muchos) la cual durante la fermentación se convierte a ácido láctico y es más fácil de procesar para el intestino.
- El kéfir de agua es una muy buena opción para quienes presentan alergia a la caseína (la proteína de la leche de vaca, que no cambia de estructura al fermentarse). Por lo que es ideal para personas con severa intolerancia a la lactosa.
- Pacientes con hábitos alimenticios con baja densidad nutricional, diarrea, estreñimiento, intolerancia o alergia al gluten, celiaquía, síndrome de intestino irritable, uso de antibióticos u otros tratamientos agresivos, pueden verse beneficiados por la ingesta de kéfir debido a que regula el sistema digestivo y reestablece la multiflora intestinal.
- Los alimentos probióticos como el kéfir, contienen microorganismos vivos que se alojan en el intestino y contribuyen en el mantenimiento de un ambiente equilibrado de bacterias intestinales, el kéfir contiene más de 30 diferentes microorganismos vivos.
- Ayuda a evitar infecciones, ya que contiene un probiótico llamado Lactobacillus Kefiri, que previene el crecimiento de bacterias dañinas como la Helicobater Pylori, Salmonella y E. Colli.
- Su consumo regular contribuye al fortalecimiento y modulación del sistema inmunitario.
- Contiene un hidrato de carbono llamado kefirán, que ha demostrado tener propiedades antimicrobianas que podrían combatir las infecciones por cándida.
Sugerencias de consumo
- El kéfir de leche puede utilizarse como un tipo yogur, para hacer: parfaits, con muesli o granola casera sin azúcar o con stevia, con fruta fresca picada, en batidos con fruta, natural en aderezos para ensaladas.
- No utilizar en recetas que requieran cocción ya que los probióticos no resisten altas temperaturas.
- Si prepara el kéfir en casa, puede reducir las calorías utilizando leche descremada en lugar de leche con grasa. Y a la hora de mezclar con otros ingredientes si la receta es dulce, añada stevia o fruta natural.
- El kéfir de agua puede mezclarse con frutas para un batido, o servir con hielo como una gaseosa natural y agregar hojas de hierba buena o menta y algunas especies como clavo de olor o canela en rama. Se puede consumir frío con hielo y trozos de fruta como un agua saborizada gaseosa.
- Por su aporte de microorganismos, el consumo de este alimento debe de ser supervisado por un nutricionista o especialista en caso de patologías digestivas graves, una dosis no apropiada podría desbalancear el ambiente de bacterias y levaduras del intestino.
Fuente: Doctora Maricel Cruz, Clínica Consultas Nutrición (teléfonos: 7209-7626 y 8387-9685)