Fue una prueba de fuego para la 'nueva' retaguardia. Óscar Ramírez cambió a Óscar Duarte y Johnny Acosta para utilizar a Kendall Waston y Francisco Calvo. Se mantuvo Giancarlo González de último hombre, quien lució como el más solvente de los tres.
Machillo utilizó su penúltimo ensayo para probar a los otros zagueros de la Nacional, a razón de la dura lucha que se evidencia en el centro de la zaga, ante la necesidad de elegir a los tres titulares. Al final, la Mayor cayó 2 por 0 en Leeds.
A diferencia del duelo anterior contra Irlanda, esta vez sí hubo más trabajo para el bloque. Fue un inicio titubeante para Waston, que en una de las primeras jugadas fue exigido por Marcus Rashford. El inglés lo sobrepasó con facilidad en el uno contra uno.
Sin embargo, el zaguero se acomodó con el paso de los minutos, en un partido en el que se apreciaron errores individuales, pero un trabajo aceptable en la coordinación.
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A Calvo también le costó el inicio. El zaguero de perfil zurdo denotó falta de ‘timing’ en la anticipación. En la anotación de Rashford, esperó demasiado para cubrirle el perfil y al final dio todo el espacio para que se pudiera perfilar y rematar a portería, en el 12′.
"Vi la oportunidad de tirar y la tomé", afirmó Rashford, después del partido.
En el segundo tanto inglés hubo virtud de los ingleses pero también un fallo de los tres zagueros. González se equivocó en la anticipación, Waston llegó tarde a cortar y Calvo a cerrar. Fue el único error claro del segundo tiempo, cuando Inglaterra bajó la intensidad.
Pese a todo, la zaga sigue siendo el puntal que sostiene a Costa Rica ante adversarios exigentes. Con un mediocampo al que le cuestan las transiciones y pocas armas para hacer daño en ofensiva, el aparato defensivo es el que suele tener más trabajo.
Hubo mucho trabajo para los zagueros pero también para los carrileros, principalmente Cristian Gamboa. El guanacasteco fue exigido y le costó responder en la primera etapa.
El estratega patrio asegura que la Sele está "a un 80%", cuando restan pocos días para el debut mundialista frente a Serbia. Es decir, el seleccionador considera que se está cerca de alcanzar el nivel óptimo para hacerle al frente al duelo ante los balcánicos.