¿Qué tan complicado fue para usted tener que tomar la decisión de retirarse del tenis?
Dejar el juego es complicado para todos por razones diferentes. Para mí lo difícil era que no quería abandonar el juego, necesitaba dejar todo lo que siento por el tenis en la cancha, pero mi cuerpo me dijo que había sido suficiente.
“Es extraño no saber qué va a pasar, es complicado. Hay un miedo de empezar una nueva vida lejos de la cancha. Es comparable a la muerte, no sabés lo que va a suceder luego y eso crea cierta incertidumbre”.
¿Cómo ha sido su relación con el deporte del tenis?
Cuando empecé a jugar profesionalmente no sentía un fuerte amor por el deporte del tenis. Me había quitado muchas cosas y me había puesto mucha presión, alejado de mi casa a los 13 años, y sentía que me había robado mi infancia. Cuando decidí tomar mi vida y mi carrera en mis manos, el tenis pasó a un segundo plano, y empecé a amar el deporte.
¿Cómo se siente al renovar la rivalidad que siempre tuvo con Pete Sampras?
Es muy divertido porque pasaste toda tu carrera profesional haciéndolo con la misma persona, muchos juegos grandes, muchas situaciones importantes, y volver a tener esta conexión como competidores es divertido.
¿Cómo se entrena para enfrentar los retos actuales?
Paso tres semanas antes de competir trabajando e incrementando los niveles de juego.
“Trato de siempre jugar un par de horas al día para lograr mejorar el golpe. Igual durante el año disfruto de correr a través del desierto y hacer un poco de pesas, algo que siempre me ha gustado, para mantener mi cuerpo fuerte.
“Ayuda el hecho que todavía recuerdo cómo pegarle a la bola de tenis correctamente”.