Cartago. Cuando la fe se agota en Cartaginés, la frustración empuja a la afición a salir del estadio Fello Meza y reviven los fantasmas de esos 75 años sin alzar la corona, Rándall el Chiqui Brenes emerge como el eterno salvador de los brumosos.
El Chiqui no solo es el ídolo blanquiazul que nunca traicionó a su afición y se mantiene fiel a la camiseta, sino que tiene el don de responder a las plegarias cuando los blanquiazules oran por un milagro y es capaz de cambiar la agonía por felicidad, tal y como sucedió ayer en el triunfo ante Pérez Zeledón.
Brenes es sinónimo de esperanza para los hinchas de la Vieja Metrópoli y basta con ver cómo se transforma el semblante de los fanáticos cuando el juego está en el último minuto de reposición, pero queda una jugada más y el 10 de los centenarios se mete al área, da indicaciones y pide que le hagan llegar el balón a como dé lugar.
Ahí la fe vuelve a los más incrédulos, quienes ya iban por la puerta de salida. La fe puesta en Brenes los hace regresar y al final lo agradecen, porque nuevamente Rándall no los defrauda.
Chiqui aprovechó un balón que rebotó en el estómago de Giovanni Clunie, cuando daba tumbos y no aparecía alguien más que la enviara al fondo de los cordeles, y con su pierna derecha la empujó a la meta para marcar el gol del 2 a 1 en el 93’.
Justo ahí, con la felicidad en su máxima efervescencia y al observar cómo niños y grandes no paraban de brincar y de cantar cumplidos a su capitán, quedó plasmado el por qué existe un amor y una credibilidad tan grande en un futbolistas que ya había anotado en el mismo minuto, pero en la fecha 11 ante la Liga para dar el empate, y que torneo tras torneo es quien revive al equipo.
Poco le importó a la afición de Cartaginés que su equipo estuvo abajo en el marcador hasta el 80’, a manos de un conjunto generaleño que abrió el marcador apenas en el 5’, con el tanto de cabeza de Jorge Davis tras un error defensivo y el servicio de Erick Scott.
Tampoco terminó teniendo relevancia para los locales que Pérez tuvo que perder a Bryan Espinoza en el 52’ y Edder Nelson en el 57’ por expulsión, para que finalmente los blanquiazules generaran peligro real, con un poco más de elaboración.
La anotación de Fabrizio Ronchetti en el 80’, luego de un entrevero en el área que terminó con un remate del uruguayo que se coló en el marco de Darryl Parker, mermó la resistencia de unos guerreros del sur que estuvieron cerca de hacer la hombrada.
Sin embargo, se toparon en el último suspiro con el Chiqui, el eterno salvador brumoso y terminaron cargando con su quinta derrota al hilo, que los termina complicando aún más en la lucha por no descender.