Se les conoce por ser los diferentes, por hacer mejores a sus compañeros, generar fútbol con su calidad y aparecer de la nada con un chispazo. Sin embargo, esto no implica que no sepan marcar, tener un ida y vuelta o contener para hacer fuertes a los centrales: Bryan Ruiz y Alez López mostraron una de sus facetas menos conocidas en el primer capítulo de la final ante Herediano.
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La Nación realizó un seguimiento a lo efectuado este miércoles por dos pilares de la mediacancha manuda y las estadísticas de los creativos son elocuentes: en esta ocasión aportaron más para recuperar y en la marca que propiamente en la parte ofensiva.
El primer rubro que ratifica lo anterior es que entre ambos recuperaron 13 pelotas, siendo Bryan el que más destacó en este apartado con ocho, en comparación con las cinco de su socio en la medular. Esto contrasta con los remates que tuvieron estas dos figuras a lo largo del cotejo: el tico apenas uno desviado y el catracho uno directo de tiro libre. VEA: tabla con números de ambos.
Los números de Bryan Ruiz y Alex López:
Acciones | Bryan Ruiz | Alex López |
---|---|---|
Pases buenos | 25 | 32 |
Pases malos | 4 | 7 |
Remates directos | 0 | 1 |
Remates desviados | 1 | 0 |
Recuperaciones de balón | 8 | 5 |
Perdidas de balón | 5 | 1 |
Faltas recibidas | 1 | 1 |
Faltas cometidas | 2 | 0 |
El dato también llama la atención porque en el funcionamiento táctico de la Liga, López es el que lleva el rol de contención y tiene más responsabilidades de marca, de meterse entre los centrales y sacar la redonda desde el fondo. Por su parte, Ruiz juega más suelto y tiene la libertad de acompañar a los atacantes.
“Sorprende que Bryan recuperara ocho balones y es algo muy bueno, porque acá el promedio de los contenciones es de cinco o seis pelotas recuperadas por partido. Sin ser un contención natural, Bryan tiene una buena recuperación y esto habla de su buen posicionamiento. Ruiz no es muy físico hoy en día, pero sabe ubicarse en el campo de juego, entonces esto le permite no solo armar, sino recuperar”, dijo el técnico Johnny Chaves.
Otro rubro que ejemplifica la ejecución de una labor distinta para los motores de los rojinegros es que la cantidad de pases que entregaron no fue tan elevada. El nacional contabilizó 21 buenos y cuatro malos, mientras que el hondureño finalizó con 28 acertados y siete fallados.
El número es bajo según Chaves, ya que normalmente ellos rondan los 40 servicios efectivos y así lo refleja el sistema de análisis que suele utilizar el timonel para estudiar a los adversarios. Es más, en un seguimiento previo que realizó este medio al capitán erizo, contabilizó 38 (duelo de ida ante Cartaginés en semifinales).
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¿A qué se debe la poca producción en ataque de dos futbolistas que conocen a la perfección el arte de ofender?
Johnny lo explica de esta forma: “Son jugadores que están más para crear y generar, pero en el primer juego de la final estuvieron más posicionados, más juntos y siendo los guardianes de los defensas centrales. Fueron casi como dos contenciones naturales o clásicos, que protegen y cierran el centro. Estuvieron más juntos para defender, pero con acciones aisladas hacia el ataque”.
El estratega añadió que: “Una de las fortalezas de la Liga es que tiene a dos jugadores como estos dos en el centro, que saben cuándo cambiar el ritmo o calmar el juego con un pase atrás. Así mismo, identifican cuándo jugar profundo, aunque este miércoles les faltó esto último y estuvieron imprecisos”.
Incluso, la presencia de ambos en territorio enemigo no fue tan alta como la acostumbrada, y apenas sacaron dos faltas en total, pese al desequilibrio que tienen.
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Se encontraron poco
Una estadística aún más reveladora sobre el enfoque de Bryan Ruiz y Alex López en hacer más sólido el bloque defensivo es que se encontraron poco entre ellos y esto evidentemente merma la generación. Únicamente se dieron seis pases entre ellos.
“En otros juegos hemos visto que generalmente ellos se asocian para ir avanzando juntos y ponen a jugar a los demás, pero seis pases entre ellos es muy poco. Mucho de lo que hicieron en ataque fueron pases largos y profundos a las carreras de Martínez y Moya, por lo que se perdió la creatividad y la calidad de asociación de estos futbolistas”, finalizó Chaves.
En compromisos anteriores es común ver cómo los dos mediocampistas se buscan frecuentemente, juegan por lapsos de memoria y se intercambian roles para llegar con más profundidad.
Frente a Cartaginés en el Fello Meza fue de esta manera y Ruiz hasta concretó. No obstante, esto no minimiza un trabajo de más entrega y sacrificio en la ida de la final del Apertura 2020, donde fungieron más como contenciones.