El viernes anterior, César Elizondo se encontraba tranquilo en su hogar, cuando un mensaje de texto lo alertó sobre lo que en principio pensó era una broma: ‘César, estás sancionado seis meses’.
Con incredulidad, el futbolista sonrió y respondió: ‘No sea charlatán’. Lo que nunca imaginó es que el mensaje de texto que le entró era la sanción que le había impuesto el Comité Disciplinario por “agredir a un rival”, según se reportó en el informe arbitral hecho por el central del juego Pérez Zeledón - Santos, Allen Quirós.
Inmediatamente, al ver el motivo del castigo, César empezó a hacer un resumen mental sobre su actuación en el compromiso, ya que sí salió expulsado, pero por más que hizo memoria no recordó pegarle a nadie, al punto que es claro en afirmar que desconoce por completo de donde el árbitro afirma que se dio un golpe.
“Yo pensé que había sido un error, a mi amigo yo le dije que era charlatán, porque creía que estaba molestando, me agarró por sorpresa, porque nadie me vio hacer algo así, además ni pasó algo así. No entiendo, no tengo la más mínima idea de por qué pusieron algo así, sobre todo porque la consecuencia es muy grave, no tengo idea de qué sucedió. No hay explicación para esto”, confesó en entrevista con La Nación.
Elizondo revivió lo sucedido en el minuto 93, cuando le sacaron la roja.
El ofensivo acepta que increpó con fuerza al central, le insistió una y otra vez con tono alto que le comentara qué había pitado en una acción. Después cuando le sacaron la roja también le cuestionó la expulsión, pero él es claro en afirmar que nunca lo tocó.
“A lo que tengo entendido es que Allen dice que lo golpeé, él me expulsa y no estoy a la par de él, pensé que me expulsó porque estaba alterado, entonces inmediatamente le llego y le digo: ‘¿Cómo me vas a expulsar por eso?’... Me doy media vuelta y me voy caminando, no me metí con nadie, me metí al camerino y listo, no me volví loco”, describió.
El jugador es enfático en que de hecho en el resto del encuentro no tuvo diferencias con el juez, al punto que fue hasta en esa jugada que cruzaron palabras.
"Con Allen no había tenido problemas, yo no le había reclamado, no había tenido roce, nada. Estuve mucho tiempo fuera, si acaso me ha pitado dos veces desde que volví al país", contó.
Por la mente de César no pasa ni siquiera la opción de no jugar por seis meses.
El exsaprissista no se imagina fuera del campo y confía plenamente en que la apelación que presentará le dará la oportunidad de continuar vigente en el Clausura 2020.
"Yo estoy tan positivo, tan seguro que yo no agredí a nadie que estoy tranquilo, así que no he pensado que haría si la sanción sigue, estoy tan positivo que eso no pasará. Sí estoy preocupado, sí es una injusticia, pero estoy tranquilo y confiado en Dios", añadió.
En Pérez, según el ariete, están a muerte con él al punto que es el propio Juan Luis Artavia, presidente, quien se está haciendo cargo del proceso legal.
“Yo pienso que cada quien debe ser responsable de sus acciones, yo creo que el fútbol es un deporte, a veces lo que pasa en la cancha se queda en la cancha, pero como van a afectar a la persona, este es mi trabajo y con eso no se juega. Son pocos los árbitros con los que he tenido una discusión, los jugadores vivimos del fútbol y por un capricho o una razón sin sustento se puede ver la carrera truncada”, agregó.
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