Keylor Navas y Aarón Cruz no han intercambiado conocimientos, entre ellos no se ha dado una comunicación en la que surja algún consejo para el saprissista, pero esto no impide que Cruz se deje influenciar por Navas y aplique en sus achiques lo que ve en los videos
Aarón registró siete ‘mano a mano’ en los últimos cuatro partidos de los morados y en todos se impuso para mantener el cero. ¿Qué hace y cuáles son sus fundamentos para salir airoso en este tipo de duelos?
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El tibaseño no tiene el más mínimo problema en reconocer que copia mucho de lo que ve en Keylor, de quien destacó la lectura que realiza, la velocidad y la potencia con la que reacciona en esos escasos segundos que trascurren en este tipo de acciones.
“El portero que me gusta es Keylor Navas, hay que aprender de los grandes y hay que verlos. Keylor aguanta, aguanta y cuando sale es explosivo para recortar distancias. Hay que ver a los grandes y aprender de ellos; está en el Real Madrid, para mí es el mejor del mundo y por eso lo veo y lo analizo para tomar aspectos de él”, destacó.
La técnica es vital a la hora de verse cara a cara con el atacante, según dijo el titular de la S, por lo que no vale salir de manera alocada y mucho menos se le puede perder la vista a la pelota. La estrategia radica en esperar el instante justo para evitar un globo o un regate, cerrar el ángulo con las piernas y estirarlas ante un remate rastrero y al mismo tiempo extender los brazos, con lo que se reducen las opciones a media altura.
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Lejos de lo que se puede pensar, no se trata de un tema de suerte, también hay estudio del oponente y una ejecución muy trabajada, agregó Cruz. El portero debe estar muy atento a lo que pasa en el partido y al encarar se necesita determinación, tener claro dónde se está ubicado y los posibles sectores a los que iría la pelota.
“Es fundamental reconocer el momento preciso para atacar al rival, hay que tener ese timing y he tenido la fortuna de salir ganancioso. Es de lectura para ver al oponente y saber cuándo salir y cuándo frenarse. Soy de estudiar al rival para ver cómo define, aunque cada jugada es diferente y los delanteros tienen sus habilidades. Hay que tener paciencia y sabiduría para saber cuándo atacarlos”, manifestó el cancerbero.
Aarón apenas recibió dos goles en los últimos cuatro duelos. En todos ellos fue clave, con salvadas de alto calibre. Incluso, de no ser por él difícilmente los morados hubiesen salido airosos ante Tigres (1 a 0) en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Frente a los mexicanos tuvo un mano a mano contra Javier Aquino y lo resolvió con una salida rápida en el área chica, el azteca estrelló su disparo a media altura en el cuerpo del tico. En este mismo compromiso amargó a Enner Valencia, quien llegó sólo al área, pero se topó con la rapidez del nacional y sus manos, al intentar tocar por arriba.
De igual forma, ante Grecia hizo que Lucas Giovagnoli se atragantara con el grito de gol. Cruz resolvió pegado a la gramilla y sacando su guante izquierdo, dejando sin espacio al delantero. Casi calcada fueron la acciones con los universitarios Francisco Rodríguez y Jostin Daly.
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Por su parte, en el clásico nacional Róger Rojas se topó primero con el pie derecho del cancerbero y luego con su mano. En todas las acciones, la velocidad y la ejecución para colocar el cuerpo fueron precisas.
“He tenido varios ‘mano a mano’, pero no llevo el conteo. Es lo lindo y lo feo de la posición, que no podés fallar. Lo bonito es que también da revanchas y le da la oportunidad a uno de levantarse. He tenido la confianza de mis compañeros, del cuerpo técnico y de mi familia. Ahora hay que disfrutar este partido que se ganó, pero viene uno más difícil en México”, concluyó el guardameta.
Cruz dejó atrás las críticas que recibió por su error ante Guadalupe en la Cueva (midió mal el pique del balón y este lo superó por alto después del pique); ahora luce seguro y agradece a Wálter Centeno y al propio Vladimir Quesada por el respaldo.