Fútbol Nacional

Elegía para la Liga

Yo, desde mi saprissismo irrenunciable, deploro que la Liga se apagara, así, con tanta pena y tan poca gloria

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Bueno, cayó La Liga. Fin de una larga, penosa, desgastante agonía. Pobrecitos sus seguidores: no merecían un campeonato tan sufrido. Como esos enfermos que se saben sentenciados, pero no terminan de morirse, y resisten, resisten, colgándose de la vida, tal el náufrago que se aferra a una barrica en mitad del océano y lucha por cada bocanada de oxígeno. Malhadado centenario, que no tuvo otro efecto que el de recargar al equipo de un lastre psíquico contraproducente e innecesario.








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