Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acogió la recomendación del Comité de Emergencia y declaró el fin de la pandemia, el director general, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió de que no significaba que la covid-19 había dejado de ser una amenaza para la salud mundial.
Por su parte, Costa Rica anunció la eliminación de la obligatoriedad de la mascarilla y la sanción por no vacunarse el 8 de mayo del 2022 y el 24 de mayo del 2023 el Ministerio de Salud levantó la medida del uso de mascarillas en los establecimientos de salud.
Lamentablemente, tales acciones tuvieron un efecto que ha resultado negativo, pues desaparecieron las estaciones de lavado de manos con agua potable y jabón de supermercados, hoteles, lugares de estudios y en los mismos centros de salud. De esa forma, se perdió la gran oportunidad de convertir un hábito higiénico en una cultura.
Es una paradoja, porque estudios como los titulados Impacto de la promoción del lavado en la incidencia de diarreas, en tiempos de pandemia por virus respiratorios en Costa Rica y Casos por infecciones respiratorias agudas en población infantil presentan una disminución sostenida, del Ministerio de Salud, demostraron con datos la importancia de la medida.
La falta de estaciones de lavado de manos la estamos pagando con creces. Un brote de covid-19 registró 307 y 345 casos confirmados en las semanas del 1.° al 6 de enero y del 7 al 13 de enero. Hubo, además, 47 y 60 hospitalizados y 6 fallecidos en ambas semanas, según el Boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Por otro lado, una situación más “cruda” se está viendo en países donde surgió la subvariante de ómicron conocida como JN.1, con una mayor capacidad de transmisión, pero de riesgo bajo.
La subvariante continúa ganando terreno en el mundo, sobre todo donde imperan estaciones invernales, como Europa, Estados Unidos y México, entre otros.
La covid-19 pasó de pandemia a endemia y, por lo tanto, las autoridades de Salud deben volver a promover las estaciones de lavado de manos con agua potable y jabón para minimizar la propagación de gérmenes causantes de diarreas y enfermedades respiratorias.
El autor es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).