El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha sido blanco de críticas, con justicia, por su insistencia en obtener datos personales, no anonimizados, de los participantes en toda suerte de transacciones financieras, pero hay una cuenta donde los bancos registran un número creciente de operaciones de compraventa de divisas en ventanilla y su comportamiento aboga por un control más detallado.
La cuenta se llama “otros” y a ella van a parar las transacciones que no quepan en las categorías de importaciones, exportaciones, turismo neto (ingresos por visita de extranjeros menos egresos por viajes al exterior) y capital neto (diferencia entre pagos de créditos externos y nuevos desembolsos recibidos del exterior).
La cuenta “otros” es llamativa por la indefinición del origen de las divisas tanto como por su abrupto aumento en el curso de cinco años. A falta de información sobre la fuente del dinero, es difícil saber por qué pasó de $2.603 millones, en el 2019, a $5.755 millones el año pasado. El aumento entre el 2022 y el 2023 fue de $1.821 millones.
En las circunstancias del mercado cambiario, con una avalancha de dólares incrementando el valor del colón, empresarios de todos los ámbitos, desde las zonas francas hasta el régimen definitivo, desde los exportadores hasta los productores nacionales con competencia foránea, pasando por el turismo y, en general, todas las actividades con ingresos en divisas y costos en moneda nacional, se preguntan las razones de la presión sobre el tipo de cambio.
Hay hipótesis obvias, como el premio por invertir en colones prolongado por el lento descenso de la tasa de política monetaria cuando los demás factores de la economía apuntan a la existencia de espacio para una rebaja. Los economistas también apuntan al endeudamiento en moneda extranjera y el aumento de los ingresos en divisas de ciertas actividades, como el turismo, pero la cuenta “otros”, cuya incidencia resulta obvia, carece de explicación.
“Al decir ‘otros’, sin ninguna justificación, puede haber dinero de todo tipo. El Banco Central debería pedir a los bancos el desglose (...) porque ese ‘otros’ va subiendo con los años. Por eso pedimos una explicación”, afirmó el presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), José Álvaro Jenkins. Abel Chaves, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), secundó la preocupación y pidió al Banco Central los justificantes del incremento de las divisas negociadas en ventanilla bajo la cuenta “otros”.
Conocer la naturaleza de esos capitales es de suma importancia para la conversación sobre el tipo de cambio y sus repercusiones en la producción nacional. Si en la cuenta caen los capitales especulativos, prestos a alzar vuelo cuando reciban el llamado de mejores condiciones en otros mercados, o si se trata de divisas con orígenes oscuros, la respuesta del país debería ser muy diferente.
El Banco Central anunció su decisión de exigir a los intermediarios financieros informar, diariamente, la identidad de las personas y empresas participantes en la compra y venta de dólares en línea, por ventanilla y en cajeros automáticos, a partir del 1.° de marzo. Hazel Valverde, gerenta del instituto emisor, admitió la existencia de imprecisiones en los datos, pero negó la existencia de indicios de flujos ilícitos clasificados como “otros” y enfatizó las salvaguardas existentes contra el lavado de divisas.
En cualquier caso, la explicación de la cuenta contribuirá a una mejor comprensión del mercado de divisas nacional. Ese conocimiento pleno es ahora indispensable, como lo testimonian las peticiones de los sectores productivos.
