En múltiples países, en medio de la pandemia, los nómadas digitales se han convertido en una oportunidad para reactivar la economía, generar empleos e insuflar dinamismo al decaído sector turístico. Estos visitantes de larga estadía andan por el mundo en busca de sitios de playa, montaña y hasta de ciudades desde donde teletrabajar. Su capacidad económica es superior a la del visitante regular, en promedio.
Por eso, desde hace siete meses, el 13 de julio, 34 diputados aprobaron una ley para meter de lleno a Costa Rica en la competencia por atraer a estos trabajadores, pero, a estas alturas, ha sido imposible aplicarla por falta de un reglamento para complementar lo dispuesto por la Asamblea Legislativa.
El reglamento de la Ley para atraer trabajadores y prestadores remotos de servicios de carácter internacional debió entrar en vigor el 1.° de noviembre porque así lo ordenaron los legisladores. En un transitorio, el texto asignó al Poder Ejecutivo elaborar y emitir el reglamento en los dos meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley, es decir, el 1.° de setiembre.
Quien se ha tomado más tiempo del previsto para reglamentar la norma es la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME). El 23 de diciembre, esa autoridad declaró que «no hay fecha prevista para la publicación». Mientras tanto, casi una veintena de países como México, Colombia, Bermudas, Bahamas, Islas Caimán, Alemania y Portugal han reaccionado con interés para atraer ese tipo de visitante, ofreciéndoles visas y programas especiales.
El potencial de estos turistas es enorme. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT), por ejemplo, tiene muy bien perfilados a los que optan por visitarnos: su ingreso anual promedio llega hasta los $200.000, frente a los $120.000 de un visitante regular y sus hábitos de consumo pueden estimular, de manera significativa, la economía de las zonas donde se establezcan, además del beneficio directo para las empresas turísticas.
LEA MÁS: Sector turismo urge a Gobierno a publicar reglamento para atraer a nómadas digitales
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/OOE4EMDMTRFYPIQQHQCLJWITUA.jpg)
Cada nómada digital inyectaría a la economía hasta ¢15 millones por semestre ($23.000) por gastos en hospedaje, alquileres, turismo, servicios y comercio, según proyecciones de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur). Foto: Cortesía ICT
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) proyecta que cada nómada digital inyectaría a la economía hasta ¢15 millones por semestre ($23.000) por gastos en hospedaje, alquileres, turismo, servicios y comercio, pues se trata de profesionales con afinidad por gimnasios, salones de belleza, especialistas médicos, restaurantes y bares.
La ley es contundente. Se les exige un ingreso mínimo de $3.000 por mes si vienen solos o $4.000 si llegan en familia y ninguno puede laborar localmente, por lo cual no desplazarán al trabajador nacional. Entre los atractivos ofrecidos están una visa especial por hasta dos años, exención del impuesto de renta (tributan en sus países de origen) y para importar el equipo básico de cómputo. También facilidad para abrir cuentas bancarias y validación de la licencia de conducir del país de origen.
Los costarricenses no podemos darnos el lujo de que la ley repose meses sin aplicación porque el segmento de los nómadas digitales va en crecimiento y también la competencia. De 7,3 millones en el 2019, aumentaron a 11 millones en el 2020, según Digital Nomad Survival Guide. Igual sus ingresos. El 87% percibe, en promedio, $4.500 mensuales, de los cuales gasta el 36% en el país de destino, según Adventure Travel Trade Association (ATTA).
Imposible ignorar, en las circunstancias, el criterio expresado por la DGME ante los diputados, el 20 de diciembre del 2020, cuando externó una opinión desfavorable a la entonces propuesta de ley, según el dictamen legislativo. Aunque la considera innovadora y oportuna para atraer divisas, estima «inapropiado» su planteamiento. Tenga o no reservas, la DGME debe ponderar que su demora impacta la vida de ciudadanos necesitados de la reactivación económica.
Además, los nómadas digitales no esperan. Van donde obtengan mejores condiciones para el teletrabajo y su calidad de vida. Si tenemos lista la ley, resulta injusto que cada día perdamos oportunidades de atraerlos, como lo advirtió Canatur al hacer, también, un ruego de pronta reglamentación. Este diario lo enfatizó en un editorial titulado «Un nuevo tipo de turistas», el 23 de abril del 2021, donde afirmamos: no hay tiempo que perder. Y sí, lo estamos perdiendo.
LEA MÁS: Editorial: Amenaza populista