La diputada que una vez juró mantenerse lejos de la vida política demuestra hoy dominio de las artes más criticadas de esa ocupación, en muchos casos ejercida con nobleza. Nos tilda de prensa “canalla” por dar a conocer las actividades del actor y empresario Prabhakar Sharan Prasad, interesado en proveer autobuses eléctricos al país.
La diputada que adiestra a los ministros para mentir (quizá mirando a los ojos, que sería el absoluto dominio de la mendacidad) no señala una sola falsedad en el bien documentado reportaje sobre Sharan y sus nexos con el gobierno y el partido en que ella milita con entusiasmo. Nos atribuye sugerir “hábilmente un tráfico de influencias del vicepresidente Stephan Brunner, del partido Aquí Costa Rica Manda y, por supuesto, de Pilar Cisneros hacia un actor y empresario de la India”, pero en ningún momento señala una falsedad en la cadena de hechos relatados.
Sobre la diputada nada se sugiere en el reportaje, pero una persona acostumbrada a hablar de sí misma en tercera persona, como antaño lo hiciera la realeza, no podría dejar de proponerse como centro de atención. La publicación muestra una foto de Sharan con la diputada, su compañero de bancada Alexander Barrantes y el asesor presidencial y presidente del partido Aquí Costa Rica Manda, Federico Cruz, en una actividad partidaria, celebrada el 5 de agosto.
Aparte de la foto, solo hay una referencia a la diputada en el reportaje de “media portada y dos páginas y media en La Nación”, como ella misma lo describió. Es una cita donde Sharan niega haberla conocido antes y dice haber asistido al acto para conocerla. Esto coincide con lo dicho por la diputada cuando describe al empresario como desconocido para ella. Eso sí, contrasta con el agradecimiento del actor por la oportunidad que le conceden la diputada, Barrantes y Cruz de luchar por la elección de los candidatos del partido en que todos militan. Ese agradecimiento consta en una captura de pantalla del perfil del actor en Facebook a manera de comentario sobre la foto. Fue él, no La Nación, quien la publicó sin protesta de la diputada, quizá porque no se dio cuenta.
La explicación de la presencia de Sharan en la actividad partidaria —”llegué ahí para saludar, pero no porque soy participante”— también contrasta con su cargo, oficializado ante el Tribunal Supremo de Elecciones, como miembro suplente del Tribunal de Alzada. En fin, como según el criterio de la diputada a veces es necesario mentir, es difícil saber cuándo se dice la verdad.
Pero el reportaje no era sobre la foto, sino sobre las conexiones desarrolladas por Sharan en el partido y el gobierno. El actor ostenta un cargo en Aquí Costa Rica Manda, asiste a reuniones, presume públicamente de sus conexiones y de su participación en la “lucha” por el éxito de la agrupación en las elecciones municipales y publicita sus contactos oficiales donde todos lo puedan ver, incluidos sus pregonados inversionistas. También se reunió con el vicepresidente y la vicecanciller, visita la Asamblea Legislativa con asiduidad, apoya públicamente la candidatura de Max Matamoros Obando —asesor del diputado Alexander Barrantes— a la Alcaldía de Corredores. Matamoros, a su vez, participa en los proyectos de Sharan al punto de celebrar conversaciones “para atraer inversión extranjera directa por medio de una APP (alianza público-privada)” para establecer su “proyecto de zona franca”, según dijo.
Para la diputada que olvidó el periodismo, la suma de esas circunstancias no merece atención periodística. Por el contrario, para normalizar lo sucedido, señala el trato igualitario a todos los interesados en el multimillonario negocio. “Sí, el vicepresidente Brunner se reunió con él, pero también con otras cinco empresas interesadas en traer los buses eléctricos al país”, afirmó.
La frase soslaya la participación de su compañero de bancada Alexander Barrantes en los esfuerzos de Sharan por construir relaciones. La pregunta para la diputada es cuántos de los otros cinco interesados cuentan con un diputado para abrirles puertas y tender puentes. Cuántos ostentan cargos en Aquí Costa Rica Manda y tienen vínculos de negocios con asesores legislativos y candidatos a alcaldes.
Ese es el fondo del reportaje, y la diputada lo pasa por alto. La omisión no es de extrañar, porque está lejos de ser única. En la comisión investigadora de las finanzas electorales omitió leer, en varias oportunidades, un párrafo clave de un pronunciamiento del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para hacer creer que las actuaciones de su bando en los comicios del 2020 se ajustaron a derecho. Al verse descubierta, abandonó el recinto de la comisión, sin la vergüenza que dice haber sentido al leer nuestro reportaje.
La información publicada por este diario es cierta en su totalidad y damos fe de la prueba en que se basa, a diferencia de la diputada cuando presentó como evidencia a la misma comisión legislativa unas capturas de pantalla, y al surgir cuestionamientos de su autenticidad, respondió, sin vergüenza, “no puedo garantizar que es real”.
La diputada dijo sentir vergüenza, como periodista, al leer nuestro reportaje. Nosotros nos enorgullecemos de él. Vergüenza nos daría una periodista que no considere objeto de investigación e interés público los contactos de Sharan y las deferencias de Barrantes, el financiamiento paralelo de una campaña política o las irregulares contrataciones en el Sinart, para mencionar unos pocos casos.
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La diputada que adiestra a los ministros para mentir no señala una sola falsedad en nuestro reportaje sobre un actor de origen indio y sus nexos políticos. En la imagen, el actor Prabhakar Sharan (a la derecha) junto al asesor presidencial Federico Cruz, el diputado Alexander Barrantes y la diputada Pilar Cisneros el 5 de agosto en una actividad partidaria.