Editorial

Editorial: Constancia contra los cuidacarros

La Policía Municipal de San José por fin decidió poner orden, pero el éxito depende de la constancia y la extensión de los operativos más allá del Estadio Nacional

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El negocio de los vigilantes de vehículos, llamados cuidacarros, por síntesis y necesidad de encontrar una palabra para designar una realidad de la vida cotidiana, siempre ha descansado sobre un acto de violencia. La sangre casi nunca llega al río porque todos conocemos y respetamos las reglas del juego, impuestas por amenazas implícitas, pero totalmente obvias.








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