Editorial

Editorial: Cascarones electorales

El caso del partido taxi en el gobierno llama a reflexionar sobre el régimen de partidos y las reformas necesarias para reconstituirlo en procura de la gobernabilidad democrática

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El Partido Progreso Social Democrático (PPSD) nunca existió. Es una verdad de Perogrullo, pero nunca antes había quedado de manifiesto con tanto drama la ficción política detrás de agrupaciones carentes de militancia, programa, ideología y estructura. A poco tiempo de lanzarse a la aventura del 2022, buena parte de los fundadores lo abandonaron para dar la adhesión a otro partido. Nada se volvió a saber de ellos y su defección no tuvo mayor importancia. La renuncia de los fundadores, tan desconocidos como el partido, no hacía falta para demostrar la naturaleza endeble de la agrupación y la falta de cohesión entre sus miembros.








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