Columnistas

Solo se salvarán los que sepan llorar

La sensibilidad ante la música de Mozart en contraste con la realidad de la muerte y los versos de Vigny es de lo que nos habla hoy Jacques Sagot.

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Hoy lloré profusa, deliciosamente. Por una vez, mis lágrimas fueron generosas, torrenciales. Todo se lo debo a Mozart. Bendito sea por ello. Por accidente sintonizo el Canal de las Artes y me topo con la imagen de un cementerio nevado. El paisaje es de una belleza inmensa, perturbadora, con algo de Caspar David Friedrich.








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