El mes pasado, el empresario catalán de la hostelería Kim Díaz captó la atención de los medios de comunicación cuando anunció que abriría un restaurante de comida italiana en Barcelona, para el cual contrataba solamente personal de camarería mayor de 50 años.
La noticia corrió como la pólvora, y en pocas horas Díaz recibió una gran cantidad de currículums.
Consultado sobre el requisito tan inusual para optar por el trabajo, el empresario manifestó que en el sector de la hostelería las personas mayores de 50 no solo son capaces de acreditar su trayectoria, sino también exhiben mayor profesionalidad y vocación.
Díaz agregó que está seguro de su decisión, ya que en el 2015 realizó con éxito una convocatoria similar antes de inaugurar un local de bocadillos en la misma ciudad. En el 2023, el establecimiento continúa funcionando a pleno rendimiento.
Esta noticia resonó con fuerza en la opinión pública por una razón muy sencilla: la decisión de Díaz pone en duda nuestros prejuicios sobre la mediana edad, que va de los 40 a los 59 años, aproximadamente.
La psicología social define los prejuicios como una especie de etiqueta que utilizamos para categorizar a los demás.
Estas etiquetas tienen una connotación negativa y simplista, porque cuando calificamos a las personas de forma impulsiva y superficial, sin profundizar en cómo son realmente, ahorramos tiempo y esfuerzo.
En diversas entrevistas, Kim Díaz deja patente el mecanismo psicológico del prejuicio con la siguiente frase: “Resulta muy triste que se descarte a personas válidas simplemente por considerarlas mayores”.
Talento intergeneracional
Quizás sin saberlo, Díaz surfea con entusiasmo la ola de la silver economy, o economía plateada, término recientemente acuñado para referirse al color de las canas, y que tiene dos acepciones.
La primera, centrada en el consumo, incluye todas aquellas actividades económicas y productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de los mayores de 50 años.
La segunda acepción alude al mercado de trabajo, concretamente, a la extensión de la vida laboral de la gente.
La lógica detrás de la economía plateada es la longevidad de la población, que para las Naciones Unidas constituye una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad.
Uno de estos ámbitos es el mercado de trabajo, en donde es relativamente sencillo topar con empresarios y profesionales de recursos “deshumanos” alérgicos al talento sénior.
Resulta cuanto menos paradójico que mientras la población envejece, haya personas de mediana o tercera edad con motivación, energía vital y amplia experiencia profesional enfrentando múltiples obstáculos para encontrar trabajo digno y bien remunerado.
Contratar a quienes superen los 50 años tiene que ver con la promoción de una agenda de inclusión, pero también con el diseño de equipos de trabajo de alto rendimiento, gracias a una combinación inteligente de talento intergeneracional.
David Bainbridge, divulgador científico de la Universidad de Cambridge, explica la esencia de esta combinación según la neurobiología.
Por lo general, las personas más jóvenes suelen ser muy ágiles para procesar la información que reciben de forma visual (letras y números), auditiva (lenguaje) o en movimiento.
Aunque esta velocidad de procesamiento se ralentiza progresivamente con los años, cuando se trata de forjar una perspectiva sobre una situación, planear y reformular tareas, o delegar responsabilidades, las personas de más de 40 años puntúan mejor en las pruebas cognitivas.
La combinación entre agilidad y perspectiva es la base del talento intergeneracional. Si usted supera los 40 años, tome esto en cuenta la próxima vez que se enfrente a una entrevista de trabajo y tenga la mala suerte de encontrarse con un reclutador corto de miras.
Si, por el contrario, sospecha que la empresa en la que quiere trabajar prefiere contratar jóvenes para pagarles menos, con la excusa de que no tienen experiencia, entonces huya por la derecha.
El kit de supervivencia
Subirse a la ola de la economía plateada implica mucho trabajo personal. En plena era digital, la formación continua en el uso de herramientas digitales es obligatoria para todo el mundo: destierre de una vez por todas la falsa creencia de que las personas de más edad son reacias a la tecnología.
Mantener una relación sana y equilibrada con el mundo digital es importante para comprender los cambios que experimentamos continuamente en los distintos ámbitos de nuestra vida.
Finalmente, tenga disposición y buena actitud para reinventarse las veces que haga falta. El aprendizaje no es un acto casual de la existencia, sino un hábito a lo largo de la vida. Tenga fe en usted y siga adelante.
La autora cuenta con 15 años de experiencia internacional en las Naciones Unidas y la Unión Europea. Oriunda de la zona de los Santos, trabaja como consultora internacional en sostenibilidad aplicada a la industria agroalimentaria. Lectora asidua y fiel seguidora del músico canadiense Neil Young. Siga a Manuela en Facebook y Linkedln.
