Diafanidad

EscucharEscuchar

Hace algunos lustros, después de que un incidente de escuchas telefónicas en la Casa Presidencial provocara la renuncia del alto funcionario que, con más visos de comicidad que de dramatismo, había sido víctima del espionaje electrónico interno, un periodista de provincias, con quien conversábamos frecuentemente, aseguraba conocer todos los detalles del episodio y estar convencido de que la maliciosa práctica se había extendido hacia fuera de palacio, al punto de que hasta el teléfono privado de un expresidente era objeto de “pinchazos”.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.