Tras la muerte de la reina Isabel II, el recién coronado rey Carlos III y su hijo, el príncipe William, heredaron ducados con propiedades en el Reino Unido que les significan importantes ingresos a cada uno de ellos.
Tras la muerte de la reina Isabel II, el recién coronado rey Carlos III y su hijo, el príncipe William, heredaron ducados con propiedades en el Reino Unido que les significan importantes ingresos a cada uno de ellos.