En su empresa de Thompsonville, al norte de Nueva York, Elliot Gibber, de 63 años, asistió a la transformación de la industria del huevo, presionada por consumidores que buscan alimentos más sanos y asociaciones que defienden el bienestar animal.
En su empresa de Thompsonville, al norte de Nueva York, Elliot Gibber, de 63 años, asistió a la transformación de la industria del huevo, presionada por consumidores que buscan alimentos más sanos y asociaciones que defienden el bienestar animal.