El zaguate Max aprendió a ser humilde. No tiene problemas para compartir su agua con otros perros, tampoco le incomoda convivir con gallos y gatos, ni representa peligro para las personas que lo rodean, según su entrenadora, Déborah Portilla
El zaguate Max aprendió a ser humilde. No tiene problemas para compartir su agua con otros perros, tampoco le incomoda convivir con gallos y gatos, ni representa peligro para las personas que lo rodean, según su entrenadora, Déborah Portilla