El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) frenó en noviembre un desembolso de 168.000 euros para la Fundación Neotrópica en el marco de un proyecto de conservación de manglares por presuntas anomalías en el pago de salarios a personal del grupo ambiental ligado a esa iniciativa.
Se trata del proyecto Restauración, conservación y manejo sostenible de los manglares de Costa Rica y Benín frente al cambio climático, costeado por donantes como el Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM por sus siglas en francés).
De acuerdo con el convenio del proyecto, la Fundación operaba como brazo ejecutor, mientras Sinac daba seguimiento técnico y vigilaba la ejecución presupuestaria.
No obstante, de manera sorpresiva, el 26 de enero la Neotrópica anunció un cierre indefinido a partir del 28 de febrero.
La decisión sobrevino luego de varias semanas de intercambiar mensajes con el Sinac en relación con la solicitud de aclaraciones financieras sobre el pago de remuneraciones.
Juan Carlos Crespo, presidente de Neotrópica, rechazó la existencia de anomalías, pero sin explicar el porqué optaron por cerrar la organización con 35 años de operar, luego de que les pidieron esas aclaraciones.
Recargo en salarios
La Fundación solicitó el desembolso de los fondos franceses desde octubre, pero lejos de llegar, quedó congelado en noviembre.
Rafael Gutiérrez, director ejecutivo del Sinac, explicó que dejaron en suspenso el traslado de fondos al detectar un recargo del gasto en salarios y algunas inconsistencias contables en esas remuneraciones.
Por esta razón, mediante el oficio SINAC-DE-1459 del 9 de diciembre, dirigido al entonces director ejecutivo, Bernardo Aguilar González, solicitaron correcciones y un informe detallado de erogaciones del 2020 y previsiones de gasto en 2021 que, según dijo, de todos modos debían entregar como parte del convenio.
Gutiérrez recordó que pasaron 42 días sin tener respuesta de la Fundación. No fue sino hasta el 20 de enero que recibieron el informe solicitado.
Seis días más tarde, la Fundación anunció el cierre definitivo. Para ese momento, además, Bernardo Aguilar había dejado el cargo en medio de una investigación interna por cinco denuncias en su contra por supuesto hostigamiento sexual.
“Fue totalmente sorpresivo, esperábamos un informe regular y los detalles correspondientes para el desembolso por este dinero el cual no se puede usar de forma discrecional, está atado a un convenio de cooperación con objetivos específicos”, manifestó Gutiérrez.
Sin claridad
Una de las dudas de Sinac se vinculaba con un gasto en 2020 por €13.000 con presupuesto del FFEM, sobre el cual no había claridad de si correspondía al salario de tres o de cinco personas.
Otra era por dos aparentes duplicidades en el pago de salario a tres profesionales de campo, en la primera mitad del 2020.
Sinac descubrió que tampoco veía reflejados en los reportes financieros los pagos por generación de materiales de comunicación o mantenimiento del sitio en Internet de la FN, para lo cual el proveedor de tales servicios era la propia Fundación.
“Acá hay duplicidad de pago de salarios a dos profesionales para el periodo enero-junio 2020 (€6.100), los montos deben asignarse a la gestión de la comunicación, no al pago de salarios”, detalla el oficio en ese punto.
También halló que en ese semestre se asignaron €28.279 al pago parcial de salarios en la Fundación y solo €9.653 a actividades de campo.
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Neotrópica responde
Juan Carlos Crespo, presidente de la FN, rechaza que se diera una erogación de salarios mayor a la establecida en el presupuesto del proyecto.
“Con esos fondos se cubría un tiempo parcial de funcionarios que participaban en la ejecución del proyecto equivalente a un porcentaje de su jornada total. Ello se realizaba de conformidad con lo establecido en el presupuesto y el documento de proyecto”, afirmó ante consultas de La Nación.
Crespo dijo que había regulación en el convenio sobre el pago de salarios que impedía usar fondos del proyecto para cubrir los gastos completos de la Fundación. Solo se permitía un parte, insistió.
“Seguir ejecutando el proyecto, implicaba asumir la responsabilidad de cofinanciamientos que incluían compromisos en especie de tiempo técnico y recursos para cubrir otros gastos de la Fundación. Esos otros ingresos que generábamos para cubrir la diferencia se vieron disminuidos sustancialmente por la pandemia”, explicó.
El vocero afirma que el flujo de caja “no les daba” y por ello, “para no poner en peligro los resultados del proyecto pedimos que se trasladara nuestro papel a otra organización si así lo tenía a bien Sinac y el FFEM”.
Crespo recalcó que se entregó toda la información requerida al Sinac el 20 de enero, pero declinó responder por qué le tomó 42 días enviar el informe y por qué la entidad cerró apenas seis días después de enviado el documento.
La Nación también le consultó por qué solo dieron al Sinac un mes de aviso para rescindir el contrato del convenio si este requiere un mínimo de tres meses. Crespo tampoco comentó al respecto.
El citado proyecto busca mejorar la mitigación y la adaptación al cambio climático en tres sitios de Costa Rica (Humedal Nacional Térraba Sierpe localizado en Osa (Puntarenas), la zona de manglares de Cuajiniquil en La Cruz (Guanacaste) y Humedal Nacional Estero Puntarenas-Área de Conservación Pacífico Central en Chomes.