Muy pocos se podrían imaginar que estos cuatro asentamientos recibieron en los últimos dos años ¢4.000 millones para mejorar su infraestructura comunal.
En lugar de convertirse en sitios modelo, estas poblaciones tienen hoy áreas verdes llenas de maleza,
Así lucen La Capri y el sector 1 de Los Guido, ambos en Desamparados, al igual que La Angosta y El Futuro, en La Guácima y San Rafael de Alajuela, respectivamente.
Pese a que estas comunidades se beneficiaron del programa de bono colectivo, la millonaria inversión se encuentra en jaque debido al vandalismo, y a la inacción de los vecinos y de las municipalidades.
Los pobladores de estos lugares atribuyen al ayuntamiento local el deterioro de las obras realizadas, aunque admiten que hay ciudadanos que “no cuidan el barrio”.
Por su parte, Maureen Fallas y Joyce Zürcher, alcaldesas de Desamparados y Alajuela, en ese orden, alegaron falta de recursos y de personal para brindar el mantenimiento requerido.
Ambas apelan a la organización comunal para cuidar la nueva infraestructura urbana.
Juan José Umaña, gerente de la Fundación Costa Rica Canadá, entidad desarrolladora del programa, aseguró que lo sucedido obliga a replantear el modelo.
La intervención contempló, entre otros, la construcción de áreas de juego y zonas verdes, así como la remodelación de calles, aceras y sistemas de alcantarillado.
Sin embargo, en un recorrido realizado el miércoles pasado por
En La Capri, por ejemplo, el deterioro es evidente en los parques: las canchas de baloncesto no tienen aros, las bancas están pintadas con grafitis y el zacate está bastante crecido.
Además, algunos basureros fueron despedazados.
Miriam Rodríguez, vecina de de la zona desde hace seis años, dijo que hubo un comité comunal, pero que este se desintegró al no recibir respaldo del ayuntamiento.
Una situación similar se observó en Los Guido. Allí, la infraestructura de los
La alcaldesa Maureen Fallas explicó que muchos habitantes de estas zonas carecen de títulos de propiedad por lo que no pueden cobrarle impuestos, lo cual genera una carencia de recursos para mantenimiento.
Fallas también alegó que la inversión del municipio se concentra en otras zonas necesitadas que no reciben el bono colectivo.
Por otra parte, Lisidia García, líder comunal de La Angosta, manifestó que los pobladores de esa zona enfrentan un riesgo de salud porque los espacios destinados a áreas verdes están llenos de monte, lo que genera criaderos de ratones e insectos que invaden las casas.
“Hasta serpientes nos hemos encontrado”, aseguró.
Joyce Zürcher, alcaldesa de Alajuela, reconoció que hay zonas en el cantón central donde el mantenimiento es insuficiente. Según dijo, esto obedece a la falta de personal y a problemas de gestión.
“El Concejo Municipal no nos aprueba plazas. Tenemos muy pocas cuadrillas que no cubren todo el cantón”, aseveró
Además de los cuatro proyectos citados, hay otros cuatro en: Las Victorias (en Desamparados), Barranca y Chacarita (Puntarenas) y La Suiza ( Turrialba).
También hay cinco en construcción y siete en trámites para iniciar obras. En total, la inversión sería de ¢19.000 millones
Según Umaña el proyecto podría reformularse para evitar que las obras se deterioren. Entre otras medidas, se baraja que los municipios aporten recursos.
“Esto serviría para que sientan que las obras son suyas, habría un mayor involucramiento, como todo el dinero viene del Gobierno central, hay un descuido ”, señaló.
También se analiza no desarrollar obras en zonas donde los municipios no den mantenimiento.