
Pocos electrodomésticos para cocinar tienen tantas virtudes cumpliendo su papel como una olla de cocimiento lento. Pueden quedarse encendidas toda la noche de manera segura y, aunque les toma horas completar una preparación, todo lo compensan en sabor y en el recibo de luz.
En comparación a un horno o los discos de una cocina, operan a una misma temperatura y ahí es cuando esta tecnología puede ser relevante en el consumo eléctrico justo a partir de este mes de julio, cuando las tarifas de electricidad subieron hasta 10% por una fuerte generación térmica durante este año.
Aparte del ahorro, permiten aprovechar las horas de noche cuando las familias duermen dada la simplicidad de su funcionamiento sin comprometer los nutrientes de los platillos y hasta con sabores mejorados justo por el lapso extendido de cocción (hasta 8 horas). Nada eleva tanto el gusto de la comida como hacerla “a fuego lento”.
¿Pero cuánto ahorro aportan? Vea estos ejemplos concretos de cuánto dinero puede ahorrarse con este electrodoméstico al mes a partir de las nuevas tarifas vigentes desde julio.
Estos montos resultan de la llamada calculadora energética de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) la cual permite descubrir cuánta energía consumen en kilovatios hora (kWh) los electrodomésticos y otros aparatos de los hogares. Su existencia busca facilitar a las familias la administración del consumo mensual.
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Utilizar 12 noches al mes, durante ocho horas, una de olla de cocimiento lento de una potencia de 120 watts (W) equivale a utilizar 11,52 kWh mensuales. Toda esa energía equivale a ¢857, a partir del precio vigente de la CNFL, de ¢74,38 por KWh en el bloque de consumo de 31-200 kWh; conforme las tarifas residenciales publicadas por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
El gasto cae a ¢788 si su proveedor es el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), cuyo precio es de ¢68,41 para la categoría de consumo de 0-140 kWh.
Por el contrario:
A) Utilizar un horno con una potencia de 3.300 W en una cocina eléctrica cuatro veces al mes por dos horas genera un consumo acumulado de 26,4 kWh, las que cuestan ¢1.963 mensual si la energía la proveé la CNFL o ¢1.806 si es el ICE.
B) Un disco de vitrocerámica de 1.800 W una hora diaria a lo largo de 25 días demanda 45 kWh en total; equivalentes a ¢3.527 (CNFL) o ¢3.078 (ICE).
C) Una placa de inducción de 2.000 W, por una hora diaria de uso durante 25 días, gasta 50 kWh los cuales salen en ¢3.719 (CNFL) o ¢3.420 (ICE).
Estos ejemplos demuestran que el costo de una olla de cocimiento lento (encendida 10 veces al mes durante ocho horas) representa 36% del gasto por encender el horno de una cocina cuatro veces al mes durante 120 minutos. Frente al uso del disco de vitrocerámica, en el ejemplo antes citado, el gasto de la olla representa apenas 20% respecto a ese dispositivo.
Si usted toma el gasto del disco de vitrocerámica y el uso del horno convencional (¢5.490 si es cliente de la Compañía) y lo compara con aquel de la olla de cocimiento lento, esta representa apenas 15,6% del dinero que demandan los dos primeros electrodomésticos.
Cambiar la elaboración de las comidas a una olla de cocimiento lento puede generar así ¢4.633 de ahorro al mes.
Recuerde que estas ollas lentas, como también se conocen, permiten la elaboración de todas las comidas que suelen hacerse al horno o en un disco de una cocina eléctrica.