Más de 100 boyeros se reunieron este lunes en las afueras de Jaris, en el cantón de Mora, para realizar un particular desfile que, este año, fue más allá de las calles e incluyó fincas y cañales.
Esta es un fiesta que ya se hizo tradición, pues lleva más de 25 años. En ella se recorren los rincones del pueblo para celebrar a San Isidro Labrador.
El sonido del lento caminar de las carretas perdió protagonismo en las cuestas, barriales y caminos difíciles, donde los gritos de apoyo y bromas acompañaron a los boyeros, mientras ponían a prueba sus destrezas y las de sus animales para sortear los obstáculos.
De acuerdo con Juan Carlos Ávalos, uno de los organizadores de la actividad, esta tradición nació por iniciativa de un sacerdote llamado Ernesto Bolaños, quien propuso hacer este desfile un lunes. Y así ha sido desde entonces.
Ahora el desfile de boyeros de Jaris convoca a hombres y mujeres de esta comunidad, así como a vecinos de Puriscal, Acosta, Cartago, Escazú y Alajuelita.
La fiesta termina con mucho cansancio por el recorrido pero una enorme alegría y la bendición del cura párroco.