Una silla de ruedas se ha convertido en la inseparable compañera de Sebastián Granados Bustos desde que las secuelas de la parálisis cerebral aceleraron la atrofia de los músculos en sus piernas. Caminar por sí mismo se ha vuelto una tarea muy difícil para este brillante alumno del Liceo de Costa Rica, de 16 años.
A pesar de los pesares, sueña. Sí, Sebastián quiere hacer realidad su sueño de dejar la silla de ruedas, levantarse y caminar por su título de bachiller de secundaria, que espera sacar a finales del 2022. Para cumplir esa meta, tiene que viajar a una ciudad llamada Chía, al norte de Bogotá, Colombia, para que lo operen, en enero del próximo año.
El procedimiento quirúrgico, cuya fase preparatoria comenzó hace unas semanas con la colocación de unos aparatos para inmovilizar las rodillas, le permitirá frenar, temporalmente, la atrofia en sus músculos, explicó su mamá, Melissa Bustos. Esa operación cuesta $20.000 (alrededor de ¢12,5 millones), la meta inicial de una campaña de recolección que iniciaron familia y conocidos. Esos fondos no incluyen los gastos del viaje y la estadía de cinco semanas en territorio colombiano. Hasta ahora, han recolectado ¢600.000.
Sebastián es hijo único de Melissa Bustos. Ambos viven en una casa alquilada en el barrio josefino de San Cayetano, al sur de la capital. Sobreviven con la pensión mensual que el joven recibe del Régimen no Contributivo, administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y que se destina a personas en pobreza y a quienes, como él, padecen secuelas de la parálisis cerebral.
Lo poco que hasta ahora ha podido recolectar Bustos tiene como fuente su trabajo ocasional, los fines de semana, en una feria del agricultor, pues desde hace cinco meses está sin trabajo fijo. Antes de engrosar las filas de desempleados, Melissa trabajó en un puesto de venta de lotería.
“Desde kínder, Sebastián camina con andadera. Cuando se graduó de noveno año, él pidió que no lo llevara en silla de ruedas a recoger el título. El director se ofreció bajar del escenario durante la ceremonia, pero Sebastián dijo que no, y fue él quien subió. Toda su vida, Sebastián ha sentido en su corazón que él puede caminar mejor”, relató Melissa.
El joven es un estudiante destacado del Liceo de Costa Rica, donde también participa en la banda. La parálisis no tocó su capacidad intelectual, pero sí afectó sustancialmente los músculos de piernas, al causarle una diplejía espástica.
En un futuro cercano, aspira a ir a la universidad y graduarse en alguna carrera vinculada con la Biotecnología pues quiere dedicarse a diseñar prótesis que ayuden a las personas con dificultades para movilizarse.
Según Bustos, varios menores costarricenses con afecciones similares a las de su hijo han viajado a operarse con éxito a Colombia. Ella anhela ver resultados similares en el procedimiento que le realizarán a Sebastián. Tras la intervención, el muchacho debe recibir rehabilitación en el consultorio de un médico privado, aquí en Costa Rica.
Para ayudar a hacer realidad el sueño de este joven, puede enviar su aporte al número de Sinpe a nombre de Melissa Bustos Quesada 8950-2605, o a la siguiente cuenta del Banco Nacional, también a nombre de Bustos: 1-200-01-184-007876-7 (ahorros), CR07 0151 1842 0010 0787 67 (IBAN).