Un grupo de 18 personas que se encuentran en un albergue de Sardinal, Guanacaste, presentan un cuadro de diarrea que ya fue controlado por personal de salud.
"En menos de 48 horas se atendió a los pacientes y se cloró el agua, lo que nos permitió controlar el brote y evitar que más personas se enfermaran", informó Xiomara Badilla, jefa de la subárea de Vigilancia Epidemiológica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Según informó la institución en un boletín de prensa, la cloración del agua se coordinó con funcionarios del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
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Badilla aseguró que la vigilancia se mantiene en los albergues para detectar a tiempo –como se hizo en Sardinal– la aparición de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias, hepatitis, meningitis y problemas de la piel causados por el contacto con aguas estancadas y el hacinamiento en los albergues.
Este es el único brote reportado hasta ahora por las autoridades de salud.
La principal preocupación de la Caja en los sitios que aún se mantienen abiertos para la atención de damnificados es la limitación que existe para disponer de agua potable.
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La Caja reitera el llamado a mantener estrictas medidas de lavado frecuente de manos, taparse la boca y nariz con el antebrazo o un pañuelo y almacenar y manipular de forma segura los alimentos para prevenir la dispersión de enfermedades entre la población albergada.
En estos sitios se está promoviendo el uso de medidas para filtrar el líquido, como hervir o clorar el agua para beber, preparar los alimentos, para la higiene personal, entre otros usos domésticos.
La tormenta tropical Nate afectó todo el territorio nacional hace una semana, con un saldo de 12 personas fallecidas y cuantiosos daños a la infraestructura y producción.