Un nuevo sistema de verificación biométrica le da más herramientas al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para corroborar la identidad de quienes llegan a solicitar su cédula.
El Sistema Automatizado de Identificación Biométrica (ABIS) incorpora tecnología de reconocimiento facial y decadactilar al proceso de emisión cedular.
La primera función empezó a funcionar el pasado 9 de noviembre. Ronny Jiménez, jefe del Departamento Legal del TSE y Eduardo González, funcionario de la Dirección de Estrategia Tecnológica del Tribunal, indicaron que la materia prima es la misma fotografía que siempre se le ha tomado a quienes llegan a pedir su cédula.
“El hecho nuevo es que la fotografía del solicitante de cédula de identidad empezó a ser utilizada para la verificación por biometría facial de su identidad”, indicaron los funcionarios, por escrito, a La Nación.
La biometría facial es el conjunto de características del rostro que identifican de manera exclusiva a cada persona. Lo que hace el ABIS es verificar si los rasgos de quien llega a pedir la cédula coinciden con los que el Registro Civil tiene almacenados.
Jiménez y González precisaron que este cotejo se hará solo cuando la persona llegue a solicitar su identificación. Cuando regrese a recogerla, los funcionarios se la entregarán luego de comprobar sus huellas dactilares.
El registro de huellas del TSE también se modernizó. Hasta ahora, la institución almacenaba solo dos huellas por cada persona, las de los dedos índices. Eso cambió el 7 de diciembre, cuando se empezó a captar la huella de los diez dedos.
Ahora, cuando las personas lleguen a gestionar o renovar su cédula, el funcionario del Tribunal les tomará las huellas en tres pasos. Primero, de los dedos índice, medio, anular y meñique de la mano izquierda. Después se repetirá el proceso en la mano derecha. Y por último, los dos pulgares.
Según Jiménez y González, las nuevas funciones del ABIS mejoran los procesos registrales de la institución, al hacerlos más precisos. Los funcionarios afirmaron que también se fortalecen los protocolos de seguridad.
“Esta herramienta nos permitirá detectar en tiempo real intentos de suplantación de identidad, dado que nos da la posibilidad de verificar e identificar la correspondencia biométrica de cada solicitud cedular”, afirmaron los funcionarios.
Añadieron que las herramientas son un respaldo adicional para los casos y situaciones particulares en las que las huellas dactilares sean insuficientes, o imposibles de utilizar para verificar la identidad del solicitante.
ABIS llegó a reemplazar a su predecesor, el Sistema Automatizado de Identificación por Huellas (AFIS, por sus siglas en inglés). De acuerdo con Jiménez y González, luego de adquirirlo, el TSE hizo los ajustes necesarios para integrarlo a los demás sistemas.
Además, adquirió lectores con capacidad para capturar las diez huellas de las manos, ya que los utilizados hasta ahora son de tipo bidactilar.
Solo para uso interno
El TSE afirmó que ambas novedades, tanto la verificación decadactilar como la de biometría facial, se emplearán exclusivamente a lo interno de la institución, para la emisión de cédulas y de Tarjetas de Identidad de Menores (TIM).
Las herramientas, indicó el Tribunal, por ahora no forman parte del servicio de verificación de identidad (VID) que se facilita a otras instituciones y se comercializa a empresas.
“Su extensión en el futuro a otros servicios estará precedida y dependerá del análisis y las consultas que deba hacer el TSE para asegurarse de que ello no transgreda la legislación sobre protección de datos, de modo que estos sigan siendo tratados con la misma rigurosidad con la que el TSE lo ha hecho siempre”, informó la entidad.
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El Tribunal informó de que en una fase posterior de la implementación del ABIS, los funcionarios que trabajan en la emisión de cédulas ingresarán al sistema por medio de la verificación de sus huellas o de reconocimiento facial, de forma adicional a su código de usuario y contraseña.