Las honras fúnebres de Luis Paulino Mora, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, reunieron ayer a jueces y políticos en la catedral metropolitana.
El funeral de Estado llenó el templo. Además de familiares y amigos, acudieron magistrados, jueces, fiscales y defensores, así como la mandataria Laura Chinchilla, expresidentes, ministros, diputados y figuras de diferentes partidos políticos.
Escoltada por las sirenas de seis motocicletas del Tránsito, la carroza fúnebre llegó a la catedral a las 3 p. m. y ocho policías cargaron el ataúd cubierto por el pabellón nacional, ante la mirada de quienes se apostaron detrás de la barrera, en el parque Central. La Banda Nacional de San José interpretó el Duelo de la Patria mientras el féretro iba por el pasillo central.
La presidenta Chinchilla se sentó a la derecha del altar junto a su esposo, José María Rico, y al alcalde de San José, Johnny Araya.
Cuatro magistrados se sentaron a la izquierda. La familia de Mora permaneció junto al féretro. Óscar Arias estaba a la par de Miguel Ángel Rodríguez. Entonces, el arzobispo de San José, monseñor Hugo Barrantes, encendió el cirio pascual para iniciar la misa.
Ana Virginia Calzada, presidenta de la Sala IV, leyó una parte del libro de Levítico, que dice: “No daréis sentencias injustas. No seréis parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano”.
A Anabelle León, magistrada de la Sala I, le correspondió la parte del Evangelio según San Juan, en la que se describe el juicio de Dios.
En su mensaje, Barrantes dijo que la vida de Mora fue una lucha constante por la justicia. “Vivió para los demás, no para sí mismo; ojalá todos viviéramos así”, expresó.
Con anteojos oscuros, el obispo de Alajuela, Ángel Sancasimiro, repartió la hostia. En la fila estaban uno detrás de otro los diputados Fabio Molina (del PLN) y Manrique Oviedo (del PAC).
En la misa también estaban la exvicepresidenta Lineth Saborío y la exdiputada Epsy Campbell.
Luis Paulino Mora Lizano, hijo del magistrado, agradeció que se resaltara tanto la figura del juez como la del ser humano.
Zarella Villanueva, presidenta en ejercicio de la Corte Suprema de Justicia, recordó que Mora plasmó en sus sentencias su vocación por los derechos humanos.
Mencionó los votos que establecieron el derecho a una muerte digna, a la esterilización de la mujer por razones terapéuticas y la proclama de neutralidad del país.
Para ella, Mora propició que la Constitución Política no fuera un “pedazo de papel” y, además de ello, era un hombre de fe.
“Permanecerá su legado. En este recinto sagrado, renovamos, compañeros y compañeras en el Poder Judicial, el compromiso, como un solo cuerpo, de continuar con un Poder Judicial unido, fuerte e independiente”, declaró Villanueva en el templo.
Hace menos de tres meses, Mora encabezaba una marcha en pro de la independencia judicial.
Por su parte, Chinchilla lo describió como un intelectual intachable que garantizó la participación de las mujeres en la política y promovió mejores condiciones para los presos.
La mandataria recordó que hace escasas semanas firmó con Mora una declaración de concordia luego del “desafortunado incidente que el país no merecía”, en alusión al conflicto por la no reelección del magistrado Fernando Cruz por parte de los diputados.
Finalmente, Chinchilla le entregó el pabellón nacional a Nora Lizano, viuda de Mora. Más de 1.000 celulares permanecieron en silencio. Luego, se escuchó de nuevo el Duelo de la Patria .