Los señalamientos del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) sobre el incumplimiento de contrato de la constructora española Azvi, en relación con el Índice de Regularidad Internacional (IRI) del pavimento de la carretera Paquera-Playa Naranjo, fueron minimizados por el viceministro de Infraestructura, Alejandro Guillén Guardia.
Para Lanamme los parámetros del IRI, que determina el confort de rodamiento al conducir sobre una vía, son inadecuados, no se ajustan a lo establecidos en el contrato y son un peligro para los conductores. En criterio de Guillén, el problema “ni se siente”.
Las declaraciones del viceministro a La Nación las dio luego de que se conociera que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) cedió a reclamos de Azvi y acordara devolver el dinero de la garantía de calidad, depósito con el cual la empresa debía responder por los defectos encontrados en la obra entregada en abril del 2021.
Así, el MOPT acordó pagar a la empresa cerca de $1 millón, a pesar de que la propia unidad ejecutora de ese proyecto recomendó no acceder a esos desembolsos y hasta consideró más ventajoso acudir a un arbitraje, pues quedaban aspectos en los que la unidad no estaba de acuerdo con los reclamos de la constructora.
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Según Guillén, la empresa se encuentra aún reparando varios de los defectos que fueron señalados por el Lanamme y, además, la Administración aún tiene en su poder otra garantía con la que se puede asegurar que cumpla.
Por el contrario, Lanamme señaló que el incumplimiento contractual de parte del contratista más bien debió ser objeto de multas por parte del MOPT.
Guillén, ingeniero civil de 68 años, asumió el Viceministerio de Infraestructura a inicios de junio. Actualmente, también funge como encargado del Programa de Infraestructura del Transporte (PIT), mediante el cual se desarrollan los proyectos de ampliación de Cañas-Limonal, Barranca-Limonal y La Angostura y los intercambios de Taras y La Lima, en Cartago.
De acuerdo con el jerarca del MOPT, Luis Amador, al viceministro le fue encargada la negociación con las constructoras que tienen a cargo todas esas obras a fin de reactivar su ejecución. Esta fue la conversación que Guillén sostuvo con La Nación el viernes 19 de agosto.
—¿Por qué se cedió a los reclamos de Azvi a pesar del criterio contrario de la unidad ejecutora?
—Primero que nada, la empresa Azvi tiene una garantía de cumplimiento que está aún en nuestras manos; esa garantía es por $2,7 millones y después hay un monto de $795.000 que es una garantía de calidad, es una retención de un 5% de la facturación y después hay una serie de reclamos que hemos estado negociando que llegaron a Resolución de Conflictos a través de un mediador, que Azvi le paga la mitad y la Administración paga la otra mitad.
“La razón de por qué tomamos la decisión de pagarle a Azvi esos $795.000, que todavía no se le han pagado, es porque Azvi ya se merece ese dinero, esta gente ha estado esperándolo desde hace año y medio y más, pero, por otro lado, recuerde que tenemos una garantía en mano de $2,7 millones”.
—Pero no es la garantía de calidad.
—No, la garantía de calidad es la que se les devolvería, pero nosotros tenemos una garantía de cumplimiento de $2,7 millones, eso es más que suficiente para arreglar el famoso tema este del IRI.
—¿Y se podría utilizar esa otra garantía para eso?
—Claro que sí.
“Quiero recalcar que ese monto, de $795.000, de hecho es una retención que se le hace al contratista del 5% por cada factura y eso por contrato se lo tenemos que devolver. O sea, olvídese que le dije que era garantía de calidad, es un monto que por contrato hay que devolver al contratista, porque la obra ya se terminó. Todavía tenemos un gancho de $2,7 millones, pero había tres cosas en ese proyecto que el contratista todavía tenía que reparar, ellos han estado haciendo correcciones de defectos desde hace más de año y medio.
“Eran tres cosas. Uno, eran dos, ni siquiera grietas, sino dos fisuras menores que se hicieron en el pavimento, ni siquiera sobre la carretera, sino más bien en el hombro (espaldón), esas ya las arreglaron, yo estuve allá el viernes pasado.
“Después unas barandas, pero no eran ni siquiera las barandas protectoras del tráfico, sino unas de dos puentes peatonales que estaban colgando a la par de los puentes, era la pintura, están muy bien hechas pero había que fijarlas de nuevo y pintarlas.
“Y el tercer tema, que es el que ha causado mucho malentendido, es el tema de lo que llaman el famoso IRI. Esa carretera yo la manejé por lo menos siete veces, llevé expertos del Conavi, expertos del MOPT en pavimentación y a los inspectores.
“Realmente el famoso IRI ni se nota. Cuando uno va manejando, más bien el problema que tiene esa carretera es que está tan bien hecha que al ser una carretera de 50 km por hora, la gente se deja venir a 100 km por hora. Por eso, vamos a poner reductores de velocidad en algunos lugares, pero el IRI, hay varios puntos donde sí es mayor a 3, pero entonces el contratista tiene varias opciones: pagar una multa, que es casi de $500.000 o ir a arreglarlo y ahorita están haciendo unos paneles experimentales en Limonal- Cañas, en las laterales, con una pulidora de pavimento. Eso es lo que van a llevar ahí para pulir en ciertas zonas, pero si usted maneja esa carretera quedaría encantada, porque esa carretera está perfectamente bien, ni se siente, entonces eso ha sido mal interpretado”.
―Y los otros reclamos en donde también había disputas de la Administración, se decide dar la razón a la empresa evitando el arbitraje, ¿con qué fin?
—Son más o menos cinco ítems, de hecho fue a dar al Centro de Resolución de Conflictos (CRC), que es un ente independiente, donde la mitad la paga el contratista y la mitad la administración para evitar ir a un arbitraje internacional y hacer todo el alboroto. Primero hacemos una negociación amigable, si no se llega a un acuerdo, se llega al CRC.
“El CRC ha dictaminado montos que hay que pagarle al contratista que son, en algunos puntos, lo que el contratista pidió, otros los perdió y otros son menores. Eso no se ha pagado y debemos pagarle, estamos morosos con el contratista, pero el más grande es el de la garantía, que por contrato hay que devolver porque es una retención del 5% de cada factura.
“Ahorita el contratista ya hizo todo lo que se pidió en reparaciones, lo único es el tema del famoso IRI, eso lo va a corregir, pero contra eso tenemos esa garantía de cumplimiento de $2,7 millones, no es que le estamos dejando libre”.