Luego de más de un año de abandono, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) planea reanudar los trabajos de ampliación en el tramo de 2,8 km entre el puente sobre el río Virilla, en la ruta 32, y el cruce conocido como doña Lela.
La medida será apenas paliativa pues la intención es únicamente pavimentar la parte central de la vía para aumentar la capacidad de tránsito y sería hasta el otro año cuando se lleven adelante los trabajos de drenaje necesarios para completar el proyecto.
Para estas obras se utilizará el contrato de mantenimiento vigente en esa zona a cargo de la empresa MECO, explicó el jerarca del MOPT, Luis Amador.
“Hay un contrato que permite trabajar los pavimentos, pero el contrato que había para poder trabajar drenajes feneció (...) se está tratando de habilitar un nuevo contrato para que atienda drenajes, mientras tanto, vamos a tratar de asfaltar la isla central, esa para poder tratar de habilitar más capacidad para que los vehículos puedan ingresar”, dijo el jerarca.
Amador insistió que la medida de asfaltar sin solucionar antes los problemas de manejo de aguas, es temporal para facilitar el flujo vehicular, pues estiman tener un nuevo contrato para esas labores a más tardar en febrero del otro año.Una vez completados esos proyectos se ejecutará la obra definitiva.
En relación a las labores de pavimentación, el jerarca explicó que ya se dio la orden de inicio por lo que calcula que la empresa retomará los trabajos en las próximas dos semanas.
Inicialmente, las obras de este proyecto, que había sido incluido entre los llamados ‘topics’, eran ejecutadas dentro de los contratos de mantenimiento que tenían a su cargo las empresas MECO y H Solís. No obstante, tras el escándalo por supuesta corrupción en obras viales, donde se vieron involucrados empleados y dueños de ambas constructoras, así como varios funcionarios del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), la obra se detuvo, pues se suspendieron las líneas de conservación.
El plan, con un costo inicial de ¢2.200 millones, incluye la ampliación de los 2,8 km de carretera, así como las mejoras pluviales y de taludes.
La orden de inicio se dio en diciembre del 2020 y tenía un plazo de ejecución de seis meses, por lo que debía estar lista a mediados del año pasado.
Actualmente, el monto total del proyecto no ha sido revelado por el Conavi. Lo que sí fue advertido por expertos del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) es que al haber quedado a medio camino y sin ningún tipo de conservación, una gran parte de la inversión realizada podía perderse y en algunas zonas será necesario empezar de cero, pues quedaron materiales de subbase sin protección y otras obras sin adecuada señalización que han ido deteriorándose por el tránsito de los vehículos y las condiciones climáticas.
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La intención de esta intervención vial era desahogar el embudo que se origina en ese tramo desde la puesta en operación del nuevo puente sobre el río Virilla, con lo que el paso en ese sector se mantiene en cinco carriles y que se agravaría luego de que se mejore la vieja estructura con la que se dispondrá de seis carriles en total.
Sin embargo, esa ontratación para reforzar y ampliar el puente existente también fue detenida. La decisión se tomó luego de que el Conavi acordara no firmar la adenda con la que se pretendía que la misma empresa que construyó el nuevo paso, se encargara de la obra.