El primer lote de obras impostergables (obis) del proyecto de ampliación de la carretera a San Ramón, que se terminó de entregar hace menos de un año, presenta una serie de defectos e incumplimientos que fueron advertidos por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), de la Universidad de Costa Rica.
Se trata de las ampliaciones en los puentes sobre los ríos Ciruelas, Alajuela y Segundo, así como el intercambio del conector Castella y el paso a desnivel cerca de la empresa Firestone, por los cuales el Estado pagó $23,8 millones.
El Lanamme señaló, en cuatro amplios informes, deficiencias en materiales, malas prácticas constructivas y otros defectos que ya comienzan a generar deterioros en las obras.
Uno de los señalamientos más críticos y que incluso podría obligar al contratista a rehacer varias de las obras, fue la utilización de materiales que no cumplían con la calidad establecida en el contrato.
Wendy Sequeira, coordinadora del Programa de Auditoría Técnica, explicó que por ejemplo se encontró que la mezcla asfáltica y base estabilizada usada en las obras presentaban un nivel de resistencia superior y pese a conocer de esa situación, la unidad asesora y los supervisores permitieron que la obra continuara.
“A nivel de ensayos evaluamos que se dieron muchos incumplimientos, los supervisores de la obra lo detectaron y la Unidad Asesora estaba al tanto y aún así la obra continuó hasta que se empezaron a dar los deterioros que podemos ver a nivel superficial y que vimos en su momento en la base estabilizada que es la capa bajo la superficie de ruedo, ahora no se ve porque tiene la mezcla encima, pero en su momento se detectaron estos agrietamientos y es una condición que no es apta para una obra nueva”, explicó la funcionaria.
De acuerdo con el Lanamme, los incumplimientos en la base estabilizada como en la mezcla asfáltica fueron generalizados en el proyecto.
Sergio Guerrero, ingeniero de la unidad de auditoría añadió que se logró determinar que 12 de 15 lotes de base estabilizada producida en diferentes meses debieron haber sido rechazados.
El ingeniero agregó que los incumplimientos reflejados se comienzan a ver reflejados en deterioros prematuros en los cinco proyectos que abarca este primer lote de obis.
Según dijo, actualmente un 20% de la capa de ruedo presenta un deterioro llamado exudación, que tiene implicaciones de seguridad vial, pues afecta el agarre superficial de la llanta, especialmente cuando se acumula agua sobre el asfalto o bajo condiciones de lluvia.
Los documentos divulgados por Lanamme la tarde de este domingo, señalan además que hubo incumplimientos en los procesos de compactación, especialmente en algunos paños de las obras de ampliación de los puentes sobre los ríos Ciruelas y Alajuela, así como el conector Barreal Castella, en el cual se identificaron agrietamientos de “alta severidad”.
Además se indica que se identificó susceptibilidad a la erosión en algunos de los taludes en ese mismo conector, así como en los trabajos de ampliación de los tres puentes, debido a la “falta de efectividad de las medidas de protección empleadas”.
También se registró susceptibilidad en el agregado en el muro de gaviones del paso a desnivel Firestone.
En otro de los hallazgos, se agrega que la estructura del pavimento del conector Castella presenta un acabado final deficiente, respecto a los sistemas de drenajes superficiales, los cuales están propensos a obstruirse por el tipo de mecanismo usado.
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Otro de los informes evidenció las malas prácticas constructivas que afectaron algunas de las obras entregadas.
En ese estudio se menciona que, por ejemplo, la primera capa asfáltica colocada en el puente sobre el río Ciruelas presenta deterioros producto de la apertura al tránsito con un espesor insuficiente, así como a problemas de calidad del material; además señala debilidades en las intervenciones ejecutadas por el contratista, para atender los deterioros evidenciados en el proyecto con menos de un mes de haberse construido.
El segundo hallazgo indica malas prácticas de parte del contratista como el estacionamiento, tránsito de maquinaria pesada y apilamiento de material granular sobre capas asfálticas ya construidas, así como los deterioros prematuros que ocasionaron esas acciones, entre los que se menciona la exudación de la capa de ruedo, deformaciones, desprendimiento de agregados, segregación, concentraciones de humedad, diferencias de nivel y discontinuidad en el acabado entre juntas.
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Omisiones
Otro de lo informes elaborados por el Lanamme, concluyó que la supervisora IDOM y la unidad asesora del proyecto “eludieron” la aplicación de la metodología para la evaluación del trabajo y determinación del factor de pago a pesar de la evidencia de múltiples incumplimientos en las especificaciones de los materiales.
Además, se constató que la supervisora no verificó el tiempo transcurrido entre la fecha de producción de la emulsión asfáltica indicada en el certificado de Recope y la fecha de colocación del material en el proceso constructivo, lo cual incidió en la colocación de un material con incumplimientos de los parámetros de calidad.
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En relación a la mezcla, uno de los análisis entregados por el Lanamme también cita que la metodología propuesta por el consorcio (y que fue aprobada por la UAP y la supervisión) para la gestión de la aceptación y pago en función de la calidad de la mezcla asfáltica del proyecto, “resultó en un mecanismo desbalanceado para los intereses de la Administración”.
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De acuerdo con los ingenieros del Lanamme, durante el proceso constructivo se enviaron múltiples notas y advertencias a la Administración y la unidad asesora; no obstante, según los ingenieros, en muchos casos lo que se hacía era justificar las acciones que se estaban tomando o se indicaron diferencias de criterio.
Los informes concluyeron además, que las reparaciones y medidas mitigatorias ealizadas por el contratista ante los incumplimientos no atendieron la totalidad de los deterioros ni garantizan el adecuado desempeño de los pavimentos colocados.
En garantía
Los informes del Lanamme fueron conocidos por la Contraloría General de la República desde finales del 2021.
Ese ente ordenó que en los casos donde no se pudieran solventar técnicamente los problemas detectados, se deberían tomar las medidas compensatorias que correspondan, así como recuperar los dineros pagados de más al contratista.
Durante la sesión de junta directiva del Consejo de Administración del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), del pasado 12 de junio, los miembros de esa junta directiva dieron seguimiento a dichas disposiciones.
De acuerdo con el acta de esa sesión, ese lote de obras está en el período de notificación de defectos, es decir en el período de garantía.
“El Banco de Costa Rica ya le solicitó al Consorcio Codocsa- Pedregal- Cacisa que se manifestarán al respecto y pues, se está a la espera de eso”, indicó el viceministro de Infraestructura, Efraín Zeledón.
Mientras, el director del Conavi, Mauricio Batalla, insistió de que el Consejo no ha recibido las obras y que la Contraloría solicitó al Banco de Costa Rica que ejecutara las acciones señaladas.
Las obras impostergables comprenden una serie de ampliaciones de puentes e intercambios a lo largo del corredor San José-San Ramón, que se ejecutarían de previo al proyecto integral. Actualmente solo se ha entregado el primer lote, mientras que el resto se encuentran suspendidas a la espera de que el MOPT finiquite el contrato con el Fideicomiso a cargo.