El Consejo Nacional de Concesiones (CNC) archivó la propuesta presentada por el grupo Américas Gateway Ltda. (Amega) para construir una terminal de trasbordo de contenedores en aguas profundas del Caribe costarricense, así como un ferrocarril que conformaría un canal seco desde Moín hasta otra terminal que se construiría en el Pacífico norte, en una segunda fase.
La iniciativa de Amega fue presentada por primera vez en el 2007 y, al momento de su postulación, el costo estimado era de $650 millones. En el 2017, la empresa recibió luz verde para iniciar con las fases de estudios y, en el 2020, la Junta Directiva del CNC aprobó un borrador de resolución para el reinicio de la etapa de proposición del proyecto. El año pasado, la inversión estimada había subido a $900 millones para la primera etapa.
LEA MÁS: Megapuerto de transbordo en Limón consigue aval para estudios y diseños
No obstante, de acuerdo con la actual secretaria técnica del CNC, Dahianna Marín, la empresa no completó la entrega de estudios de factibilidad, razón por la cual se acordó archivar definitivamente el proyecto a inicios de año.
De acuerdo con el acta de la sesión del 19 de enero, los directivos también revocaron un acuerdo tomado en setiembre del 2022 con el que se pretendía otorgar más plazo y un acompañamiento de parte de la Administración para subsanar los temas pendientes y avanzar en esa etapa.
En esa misma sesión, Marín indicó a los miembros del Consejo que a la empresa ya se le habían otorgado 120 días para presentar la información necesaria para dar continuidad al proyecto, pues los estudios existentes tenían un desfase de 14 años, por lo que su recomendación fue el archivo del proyecto.
El Gobierno había anunciado, en setiembre del año pasado, la intención de revivir la iniciativa de Amega, tras el archivo definitivo de otra propuesta del Grupo Cansec, debido a su alto costo y otras falencias en sus estudios que lo hacían inviable.
LEA MÁS: ¿Por qué no es viable la propuesta de Canal Seco en Costa Rica, según Concesiones?
El proyecto de Amega contemplaba un canal de acceso de 500 metros de ancho y 19 metros de profundidad, con un área de atraque de 19 metros de profundidad, 1.220 metros de largo y 400 de ancho, así como un rompeolas de tres segmentos.
Este tipo de terminales en el medio del mar permitirían la descarga de buques de gran tamaño, que no pueden transitar por el canal de Panamá, para luego trasladar las mercancías en barcos más pequeños hasta el muelle de Moín y de ahí podrían ser llevados por tierra al otro extremo del país.
La secretaria del CNC, aseguró que la empresa puede volver a proponer el proyecto y reiniciar la fase de valoración para determinar si se da luz verde al avance de la fase de estudios.
Segunda iniciativa
Con el archivo de la iniciativa de Amega, el CNC tendría luz verde para comenzar a estudiar una segunda propuesta, ya que los proyectos bajo ese modelo se valoran según el orden de llegada.
Se trata de un canal seco denominado Sistema Operacional de Trasiego de Carga-Costa Rica (SOTCR), que fue enviado en agosto del año anterior al CNC.
La propuesta comprende un canal seco entre dos megapuertos que se construirían: uno en el Caribe en la zona de 12 Millas de Limón y otro en el Pacífico cerca de Cuajiniquil en Santa Cruz, Guanacaste.
A diferencia del plan de Cansec, plantea una demanda inicial de 10 millones de TEUs anualmente, que representan una sexta parte de lo estimado por Cansec.
Según el detalle entregado por el anterior secretario técnico, Eduardo Chamberlain en su informe final de gestión, el proyecto contempla una inversión $14.000 millones, que se recuperarían mediante una concesión de 47 años, con un período de cuatro años para construcción y puesta en marcha.
Ambos puertos estarían diseñados para atender barcos Triple E.
Habría un canal de acceso, la dársena de maniobras, el área de atraque, la terminal de transbordo con 1500 metros de muelle, 10 grúas pórticas súper post Panamax para contenedores y área adyacente para almacenamiento de contenedores de 500 metros de ancho, para un total de 70 hectáreas aproximadamente; unidos entre sí por una carretera a 6 carriles de 378 kilómetros.
A ello se sumarían dos líneas férreas en cada sentido, de 342 kilómetros para que opere un tren eléctrico.
En ese documento se detalla que la tarifa por contenedor estimada para llevar adelante ese proyecto es de $375 por TEU en el primer año y se iría incrementando un 5% al año.
“Es claro que el proyecto es extremadamente ambicioso y que se generan muchas dudas, que hacen prever que se requerirá mucho esfuerzo y recursos para tratar de alinearlo para que satisfaga el Reglamento de Iniciativas Privadas, y que finalmente será un generador de conflictos legales, por lo que es mejor alinearse estrictamente al Reglamento y archivarlo de una vez”, concluía la recomendación emitida por Chamberlain.
Tras el archivo de Amega, no se ha indicado cuál será el futuro que seguirá está propuesta.