La urgencia de implementar Planes de Seguridad del Agua (PSA) quedó evidenciada luego de la emergencia por contaminación con hidrocarburo que afectó a 107.000 pobladores de los cantones de Tibás, Moravia y Goicoechea.
Este fue el llamado que hizo el Programa de Hidrología Ambiental de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional (UNA), al considerar que la crisis reciente demostró la vulnerabilidad de las fuentes de agua ante agentes contaminantes, así como las amenazas sobre las fuentes de abastecimiento de agua subterráneas (captadas de nacientes o pozos) y superficiales (provenientes de ríos o quebradas).
Según explicó la UNA, los PSA son una herramienta esencial recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para identificar y priorizar puntos críticos de riesgo en cada componente del acueducto.
“Su elaboración, implementación, seguimiento y evaluación exhaustiva con rigurosidad son necesarios para conseguir la efectividad y consistencia en la protección de los recursos hídricos”, advirtió a Universidad.
La UNA instó a todos los acueductos a desarrollar y evaluar sus PSA, incluyendo mapeos de amenazas potenciales de contaminación. Dichos mapeos se realizan mediante inventarios de fuentes puntuales como ubicaciones específicas, tanques de desechos industriales y las fuentes difusas que son las áreas extensas de actividad.
Minimizar riesgos
Recordó que un evento de contaminación puede presentarse en cualquier momento, pero con un PSA se pueden minimizar algunos riesgos y planear las acciones a tomar en caso de un desabastecimiento, tomando en cuenta como prioridad la comunicación pronta y oportuna a los usuarios.
“El agua es un recurso invaluable y que no se valora hasta que nos hace falta. La gestión y operación de un acueducto no son tareas fáciles y requieren de una gran responsabilidad”, añadió.
La crisis por el suministro de agua para unas 107.000 personas de estos cantones se inició el lunes 22 de enero, cuando los vecinos comenzaron a reportar olor y sabor a combustible en el líquido. Fue hasta el 2 de febrero que el Ministerio de Salud dio el aval para volver a consumirlo.
Se determinó que la contaminación se dio con un tipo de hidrocarburo llamado xileno y ocurrió en en Quebrada Honda 2 una de las fuentes de la planta potabilizadora de Guadalupe, del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA). La Fiscalía no descarta que haya habido vertido.
El 1.° de febrero, otra voz de alerta se dio en el cantón de Turrialba, donde dos días después se confirmó la contaminación con hidrocarburos. A la fecha, unas 7.000 personas reciben agua en camiones cisterna.