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La ministra de Educación, Sonia Marta Mora, propone exigirle a los postulantes títulos de carreras acreditadas por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), Consejo Nacional de Enseñanza Superior (Conesup) o Sinaes. | MAYELA LÓPEZ (Mayela López)
La ministra de Educación, Sonia Marta Mora, pidió la Auditoría Interna indagar los pagos a ocho asesores del exministro Leonardo Garnier, quienes habrían cobrado ¢165 millones en horas extra, entre el 2010 y el 2014.
La jerarca solicitó al auditor interno del Ministerio de Educación Pública (MEP), Harry Maynard, verificar si esos colaboradores trabajaron el tiempo adicional que cobraron y, en caso contrario, indicar las acciones necesarias para recuperar el dinero pagado de más.
De acuerdo con el Departamento de Recursos Humanos del MEP, en el grupo hubo quienes reportaron trabajar hasta 15 horas extra por día, de domingo a domingo y sin descanso anual. Esto les habría permitido justificar pagos adicionales y duplicar sus salarios.
Entre los ocho exconsejeros hay cuatro asistentes administrativos, tres consultores de despacho y un director de las oficinas del MEP.
“Solicito que se determine si los funcionarios de confianza trabajaron entre 100 y 120 horas extra, por mes, luego de sus jornadas ordinarias”, manifestó la ministra Sonia Marta Mora.
Según criterios de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Ministerio de Hacienda, emitidos entre 2009 y 2010, los empleados de confianza pueden cobrar horas extra hasta después de 12 horas laboradas, por día.
El grupo de los ocho exasesores, registraron hasta 120 horas adicionales por mes, lo cual significa que hay jornadas que, según los reportes, llegan a 27 horas diarias.
La denuncia sobre los pagos de más en horas extra en el MEP, la hizo el presidente, Luis Guillermo Solís, al rendir cuentas sobre los primeros 100 días de su Gobierno.
“El círculo de asesores del ministro prácticamente duplicaba su salario con el cobro de horas extra, pese a que se trataba de personal de confianza que no marcó horas de entrada ni de salida. Esto ocurría mientras miles de maestros no recibían puntualmente sus salarios”, denunció Solís.
El doble. Los salarios base de los funcionarios involucrados eran muy diversos: los asesores de despacho ganaban ¢391.720, los asistentes desde ¢647.450 hasta ¢708.100 y el director ¢1.558.800. Todos duplicaban sus salarios con el cobro de tiempo extraordinario y a eso adicionaban pluses salariales como dedicación exclusiva, anualidades y carrera profesional.
En el caso del director tenía un salario base anual de ¢13.623.000 y ganó ¢15 millones de más , solo por el pago de horas adicionales.
El exministro Leonardo Garnier dijo que la denuncia fue injusta y afirmó que el pago de horas extra corresponde con las laboradas por los funcionarios.
“Trabajamos sábados, domingos y jornadas de más de 14 horas (...). Fue un trabajo muy intenso. Me parece que es injusto (decir) que hubo un grupo de personas que se ganaron un dinero por el que no trabajaron y no es cierto”, manifestó el exjerarca de Educación.
La ministra Sonia Marta Mora, emitió desde el 8 de mayo una directriz para no pagar horas extra a su personal de confianza.
“Trabajan muchas horas extra, pero no se les va a reconocer a ninguno de mis asesores de confianza. Es otro gobierno, es otra forma de gobernar”, aseveró Mora.
En febrero del 2012, cuando Garnier era el responsable de la cartera de Educación Pública, le remitió una carta al Departamento de Recursos Humanos, en la cual solicitó el pago de tiempo extraordinario a sus funcionarios de confianza.
“El pago de horas extra es de vital necesidad para la atención de la gran cantidad de asuntos y actividades que deben cumplir los despachos”, anotó el exministro.
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