A Pakistani man hangs photos of al-Qaida leader Osama bin Laden taken by Pakistani photographer Mazhar Ali Khan, and displayed at National Press Club in Islamabad, Pakistan on Wednesday, May 4, 2011. People are still confused and suspicious on about the killing of Bin Laden, which took place in their midst before dawn on Monday. (AP Photo/B.K.Bangash) (B.K.Bangash)
“El presidente ha tomado la decisión de no divulgar ninguna de las fotos”, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
“No hay ninguna duda sobre el hecho de que bin-Laden está muerto. Seguramente hay dudas sobre su muerte entre los miembros de al-Qaeda. Pensamos que una fotografía en sí no hará la diferencia”, dijo el presidente Barack Obama, citado por Carney.
Según el portavoz, Obama dijo en una entrevista para la televisión que el cuerpo del terrorista no es un trofeo. “Nosotros no somos así. No tratamos estas cosas como un trofeo”, declaró el presidente, quien justificó su decisión al considerar, además, que la publicación de las fotos podría poner en peligro la seguridad de las tropas en el exterior”.
Carney respondió afirmativamente al ser interrogado sobre si el mandatario haría un ataque similiar en Pakistán, si se confirmara la presencia de sospechosos de terrorismo en ese país.
“(Barack) Obama cree que se tomó la decisión correcta y continúa sintiendo eso”, agregó.
Tras la eliminación del hombre más buscado del mundo, los analistas intentaban “hacer hablar” las decenas de discos duros, computadores y llaves USB halladas en su residencia.
“Estaría muy sorprendido si no topamos con una mina de oro”, explicó John McLaughlin, exnúmero 2 de la CIA.
A modo de explicación sobre la presencia del terrorista en su país, el primer ministro pakistaní, Yusuf Raza Gilani, afirmó que los servicios de inteligencia de todo el mundo, incluido de Estados Unidos, comparten con Pakistán el fracaso en capturar a Osama bin-Laden durante casi 10 años.
“Hubo un fallo de los servicios de inteligencia de todo el mundo, no solamente de Pakistán”, afirmó Gilani desde París.
En cambio, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, subrayó que Pakistán debe mejorar su cooperación.
El director de la central estadounidense de inteligencia (CIA), Leon Panetta, dijo el martes que Estados Unidos no informó a Pakistán de la operación contra bin-Laden porque este país “podría haber alertado” al líder de al-Qaeda.
El Gobierno pakistaní, incómodo porque la operación tuvo lugar en su territorio sin haber sido enterado, denunció la violación de su soberanía.
En lo que respecta a los detalles de la muerte del líder de al-Qaeda, las revelaciones se van realizando con cuentagotas.
Una hija de Osama bin-Laden, de 12 años, actualmente detenida en Pakistán junto con otros niños y una esposa de su padre, vio cómo los soldados estadounidenses mataban al líder terrorista, dijeron fuentes de los servicios secretos pakistaníes (ISI).
Según esa versión, la niña dijo que bin-Laden fue capturado vivo y luego ultimado a balazos.
El propio bin-Laden estaba desarmado cuando lo mataron, tal como reconoció el martes la Casa Blanca y “no tenía ningún comando que pudiera defenderlo”, afirmaron fuentes policiales en Abbottabad, la ciudad donde vivía.