Bruselas. AFP y EFE. Las negociaciones entre el Gobierno griego y sus acreedores parecían ayer al borde de la ruptura, tras el fracaso de una nueva ronda de negociaciones en Bruselas, con el que Atenas se acerca peligrosamente a un default .
El Gobierno griego aseguró que los acreedores no respondieron a sus propuestas, y por el contrario se obcecaron en defender exigencias “irracionales”, en particular el Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantuvo una posición “intransigente y dura”.
Por su parte, el FMI, por mediodel economista Olivier Blanchard, estimó que un acuerdo sobre Grecia requerirá de “decisiones difíciles” por parte de las autoridades de Atenas, pero también de los europeos, que deberán tener un gesto de generosidad con la deuda del país.
Las negociaciones iniciadas el sábado por la tarde en Bruselas se consideraban como “una última tentativa” para encontrar una solución con el gobierno de Alexis Tsipras, que necesita recibir el último tramo de asistencia financiera de sus acreedores (7.200 millones de euros), para saldar un pago de casi 1.600 millones de euros al FMI el 30 de junio.
El viceprimer ministro griego, Yanis Dragasakis; el viceministro de Relaciones Económicas Internacionales, Euklidis Tsakalotos, y el ministro de Estado griego, Nikos Pappás, se sentaron ayer a negociar con los representantes de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Las conversaciones terminaron sin acuerdo, a causa de las “divergencias importantes” que persisten entre ambas partes, anunció a la AFP un portavoz de la Comisión Europea.
“Las propuestas griegas siguen siendo incompletas”, afirmó el portavoz, al añadir que los griegos deben aceptar un esfuerzo presupuestario anual de “hasta 2.000 millones de euros” para obtener a cambio la ayuda que necesitan, a fin de refinanciarse y no incurrir en un próximo default . Las conversaciones, añadió, seguirán en la reunión que los ministros de Finanzas de la zona euro celebrarán el jueves en Luxemburgo.
Diferencias. El punto principal de discordia es el nivel de excedente fiscal primario, calculado sin tener en cuenta los intereses de la deuda. Dicho nivel condiciona el monto de los ahorros o los ingresos suplementarios con que deberá contar Grecia.
El viceprimer ministro Dragasakis dijo ayer que “los acreedores siguen insistiendo en que la cobertura del agujero fiscal provenga exclusivamente de los recortes en las jubilaciones, equivalentes al 1% del PIB por año, y de un aumento del IVA, también equivalente a un 1% del PIB”.
“La delegación griega esperaba de los acreedores una respuesta sobre sus propuestas, pero estos no respondieron”, añadió el dirigente.
Pese a las divergencias, el ejecutivo de Tsipras afirmó en un comunicado que “está dispuesto a concluir las negociaciones para obtener un acuerdo útil”.
La cita del fin de semana era importante, porque un acuerdo aún necesitaría la aprobación del Eurogrupo y pasar por algunos parlamentos nacionales, con lo que actualmente solo quedan dos semanas hasta fin de mes para todo este proceso.
Ante la urgencia de la situación, la zona euro abordó por primera vez esta semana la posibilidad de que Grecia incurra en un impago, lo que podría ser el preludio a su salida de la Eurozona, algo temido por muchos dadas las consecuencias imprevisibles que generaría esa situación.