Washington. El candidato presidencial de la oposición venezolana, Edmundo González Urrutia, y su mentora, María Corina Machado, expresaron este miércoles su esperanza al observar que incluso aliados internacionales del mandatario Nicolás Maduro, como Brasil y Colombia, están solicitando elecciones “justas”.
Nada presagiaba que González, de 74 años, fuera a encarnar el antichavismo, pero el destino le asignó un papel de liderazgo casi por encargo debido a la inhabilitación de Machado y el veto a su primera opción, Corina Yoris, para las presidenciales del 28 de julio.
Este miércoles, ambos concedieron una entrevista conjunta, la primera de su tipo, con motivo de la 54ª Conferencia anual de la organización empresarial estadounidense American Society - Council of The Americas (AS/COA), celebrada en Washington.
“Queremos transmitir un mensaje de esperanza y lucha”, afirmó Machado durante la videoconferencia, señalando que “existe una oportunidad única, una oportunidad real, de cambio y democratización en nuestro país”.
“Tenemos un liderazgo legitimado, contamos con un candidato respaldado por el pueblo venezolano y todos los partidos políticos democráticos, y tenemos un movimiento civil enorme que sigue creciendo, con más del 80% de apoyo”, añadió Machado, quien dominó las primarias de la mayor coalición opositora, la Plataforma Unitaria, aunque finalmente no podrá enfrentarse a Maduro.
El optimismo de Machado se basa en las “tensiones” que afirma observar “entre facciones del régimen”, así como en el respaldo internacional a las elecciones presidenciales.
“Estamos viendo cómo la comunidad internacional nos apoya en esta lucha por elecciones libres y justas, incluso antiguos aliados de Maduro, como el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el expresidente colombiano Gustavo Petro, que insisten en la necesidad de que este proceso se lleve a cabo en condiciones justas”, explicó.
“Por lo tanto, tenemos motivos para albergar esperanzas”, concluyó.
“No solo somos optimistas, sino que también tenemos esperanzas de lograr la reconstrucción de nuestra democracia”, agregó González.
Durante la conferencia, el canciller encargado de Colombia, Luis Gilberto Murillo, confirmó que su país respalda elecciones “justas, obviamente competitivas y libres”, así como un “proceso electoral aceptable”.
“En este momento, estamos tratando de verificar si todos los candidatos pueden alcanzar un acuerdo para proporcionar algún tipo de salvaguarda o garantías para el período posterior a las elecciones”, explicó.

‘Transición suave’
Se busca garantizar “una transición suave después de las elecciones”.
“La idea, o al menos la propuesta del presidente Petro, que por cierto obtuvo el respaldo del presidente Lula, es ver si eso puede ser ratificado en un referendo”, señaló.
Machado insistió en que el mundo debe entender que las repercusiones de los comicios trascienden a Venezuela.
Según ella, hay dos resultados posibles. Maduro, candidato a la reelección, “mantiene el poder por la fuerza, bloqueando las elecciones o cometiendo un enorme fraude”, esbozó. Esto, afirmó, provocaría una ola migratoria sin precedentes, con “dos, tres, cuatro, cinco millones de venezolanos” huyendo del país “en menos de un año”, y fortalecería las redes criminales como El Tren de Aragua y las relaciones bilaterales con Irán y Rusia.
“Por otro lado”, añadió, “si logramos avanzar y negociar una transición y tenemos a Edmundo González como nuestro próximo presidente, no solo veremos la migración detenida, sino también revertida”, y el país se convertirá en una fuente energética para el mundo, “no solo en petróleo y gas, sino también en energías renovables”.
Por el momento, la oposición debe enfrentar numerosos obstáculos para hacer campaña y una ola de detenciones.
Nueve opositores fueron encarcelados por las autoridades venezolanas, seis se refugiaron en la embajada argentina y otros sufren persecución o se pasaron a la clandestinidad para evitar represalias, explicó Machado.
Pero ella se muestra optimista: “Estamos trabajando juntos, somos conscientes de los enormes desafíos que enfrentamos, pero confío en el pueblo venezolano y sé que venceremos”.
El gobierno de Maduro pactó en 2023 una hoja de ruta con la oposición por la cual Estados Unidos alivió algunas sanciones al petróleo, gas y oro, pero dicho alivio duró pocos meses y Washington las restableció como castigo por el desarrollo del proceso electoral y la detención de activistas.