Brasilia. El presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, partió este viernes del país rumbo a Estados Unidos, dos días antes del fin de su mandato y de la investidura de Lula da Silva, informaron los principales medios brasileños.
Tras despedirse de sus seguidores en una transmisión en vivo por sus redes sociales, aunque sin mencionar el viaje, Bolsonaro embarcó rumbo a Florida en un avión de la fuerza aérea alrededor de las 2 p. m. locales, informaron O Globo, CNN Brasil, Estadao y el portal de noticias UOL.
“Estoy en vuelo, vuelvo pronto”, dijo el mandatario a CNN Brasil, según el propio canal.
El ultraderechista se ausentará así de la toma de posesión del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva el próximo domingo. La Presidencia no respondió a las repetidas preguntas de la AFP sobre el viaje.
Un conjunto de automóviles utilizados por la Presidencia salieron poco antes de las 2 p. m. de la residencia oficial de la Alvorada en Brasilia, constató un fotógrafo de la AFP, sin poder confirmar que el presidente viajara a bordo.
La secretaría general de la Presidencia autorizó el traslado al exterior de una comitiva de funcionarios para dar "seguridad y apoyo personal al futuro expresidente de la República, Jair Messias Bolsonaro" en un viaje internacional a "Miami, Estados Unidos, a realizarse del 1º al 30 de enero de 2023", según consta en el diario oficial de este viernes.
Sería la primera vez desde 1985 que un presidente saliente decide no entregar la banda presidencial a su sucesor. Ese año, el último presidente de la dictadura militar, el general João Figueiredo, se rehusó a participar en la ceremonia de investidura de José Sarney, quien recibió la banda de parte de un funcionario del Planalto, según los reportes de la época del periódico O Globo.
‘No perderemos guerras’
Durante la transmisión en vivo, Bolsonaro se despidió entre lágrimas de sus seguidores.
“El mundo no se acabará el primero de enero (...) Tenemos un gran futuro por delante. Se pierden batallas, pero no perderemos guerras”, afirmó el mandatario, en la primera declaración que realiza desde que perdió la elección en octubre, por 50,9% contra un 49,1%, ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
“Algunos deben estar criticándome, diciendo que podría haber hecho esto o aquello (...) No puedo hacer algo que no sea bien hecho, sin que los efectos colaterales sean demasiado dañinos”, justificó el mandatario.
Fuera de la residencia oficial de Alvorada, dos manifestantes que acompañaron la transmisión en vivo por su celular lo insultaron con gritos de “cobarde” y “sin vergüenza”, constató la AFP.
“Jamás esperaba llegar hasta ahí”, decía mientras tanto Bolsonaro, entre lágrimas. “Como mínimo, atrasamos cuatro años el hundimiento de Brasil en esta ideología nefasta que es la izquierda (...). Di lo mejor de mí”, añadió el ultraderechista.
Tras la derrota, Bolsonaro se había recluido en la residencia oficial, manteniéndose prácticamente en silencio. Pese a que autorizó formalmente el inicio de la transición gubernamental, no reconoció públicamente la victoria de Lula.
Y recién este viernes criticó una tentativa de ataque con un explosivo en los alrededores del aeropuerto de Brasilia, protagonizado por simpatizantes suyos la semana pasada.
“Nada justifica esa tentativa de acto terrorista”, dijo, aunque defendió al resto de los manifestantes acampados en la capital.
Ese y otros actos de vandalismo protagonizados por bolsonaristas en diciembre en la capital obligaron a reforzar la seguridad de la toma de posesión de Lula, que contará con un efectivo policial inédito.