A Jordanian pro-reform activist gestures during a rally outside the municipal offices in Amman, Jordan, Friday, April 1, 2011. About 400 pro-reform Jordanians turned out on Friday to demand more political say and demanding that the prime minister steps down. The Arabic on banner reads:"Seeker of good, come and seeker of evil, leave." (AP Photo/Nader Daoud) (Nader Daoud)
Al menos tres personas fueron muertas, y el número de decesos en las dos semanas de protestas es de al menos 75.
La extraordinaria oleada de manifestaciones constituye la expresión de inconformidad más importante que hasta ahora ha afrontado la dinastía de la familia Asad, que lleva cuatro décadas en el poder y es uno de los regímenes más rígidos y autoritarios en Oriente Medio.
Los activistas establecieron el viernes como el “Día de los Mártires” y convocaron a protestas masivas en memoria de las personas que han muerto desde que las marchas comenzaron a mediados de marzo, mientras el Gobierno reforzaba la presencia de sus fuerzas en varias partes del país.
Un activista en Duma, en la periferia de la capital Damasco, afirmó que participaba en una manifestación de centenares de personas cuando fueron atacados por las fuerzas de seguridad. La agresión ocurrió, dijo, al salir de la Gran Mezquita mientras coreaban lemas para exigir libertad.
Indicó que los soldados golpearon a personas con porras y les arrojaron piedras, para luego lanzarles gas lacrimógeno y finalmente dispararles.
“Vi a tres personas muertas y seis heridas”, dijo el activista.
Dichas demandas son un objetivo fundamental del movimiento de 18 días que sacó del poder a Mubárak el 11 de febrero, luego de casi tres décadas de gobierno autocrático, tanto para curar viejas heridas como para evitar que antiguos funcionarios regresen al poder.
Mucha gente en el bando a favor de la reforma en Egipto dice que los gobernantes militares actuales no se están moviendo lo suficientemente rápido para satisfacer esas y otras demandas para transformar la política de su país.
“Aquellos que mataron a los manifestantes, aquellos que robaron dinero, aquellos que engañaron a los electores, ellos siguen aquí; nadie ha sido investigado y el Ejército es lento en la toma de decisiones”, dice Mama Noura, una mujer que participaba en la protesta.
El jueves, funcionarios del Ministerio de Justicia impusieron prohibiciones de viaje a tres colaboradores de Mubárak por sospechas de corrupción. Otros tantos exfuncionarios, incluidos ministros, han sido enviados a juicio para afrontar cargos de corrupción.
En tanto, en Yemen, el país más pobre de la región, el presidente Ali Abdalá Saleh reiteró que no renunciará y se comprometió ante miles de seguidores a “sacrificar la sangre y el alma” por el pueblo.
Tras las multitudinarias manifestaciones de apoyo que ha recibido últimamente, Saleh recuperó fuerzas frente a las exigencias de la oposición para que renuncie de forma inmediata. Yemen es escenario de protestas contra Saleh desde el 27 de enero.