Roma. El papa Francisco proclamó este domingo en una ceremonia solemne celebrada en la plaza de San Pedro y ante miles de peregrinos a 10 nuevos santos, la mayoría religiosos que vivieron en diferentes continentes y épocas. Durante la misa en latín, con cantos y letanías, se pronunció el tradicional verso en latín en el que se pide que los 10 candidatos sean inscritos en el llamado Libro de los Santos para que se sean venerados por la Iglesia.
“Estos santos fomentaron el crecimiento social y espiritual, mientras tristemente aumentan las tensiones, las guerras y las distancias en el mundo. Que los nuevos santos inspiren el diálogo y especialmente el corazón y la mente de quienes tienen puestos de responsabilidad y están llamados a ser protagonistas de la paz y no de guerra”, instó el papa al término de la ceremonia.
Se trata de una de las canonizaciones más numerosas de la historia, a la que asistieron unos 50.000 peregrinos —según datos del Vaticano—, delegaciones provenientes de varios países de Europa, así como de África y América Latina, además de familiares y órdenes religiosas. Figuraron el presidente de Italia, Sergio Mattarella y el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin; el canciller de Holanda, Wopke Hoekstra, así como 50 cardenales y unos 300 sacerdotes y obispos.
Estos son los 10 nuevos santos:
- Francisca Rubatto (1844-1904): La religiosa ítalo-uruguaya es la primera santa de Uruguay. Ella dedicó parte de su vida a ayudar a los pobres de varios países de América del Sur.
- Charles de Foucauld (1858-1916): Es punto de referencia de la llamada “espiritualidad del desierto”. La vida del ermitaño, asesinado en 1916 en el desierto de Argelia, es considerada un ejemplo para todos los católicos, según el mismo papa Francisco, quien elogió su “capacidad para sentirse hermano de todos”.
- César de Bus (1544-1607): Fundador de la congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana, trabajó por el renacimiento del cristianismo en una época convulsa por los comienzos de la Reforma protestante.
- Hermana Marie Rivier (1768-1838): maestra, fundadora de la congregación de la Presentación de María.
- Titus Brandsma (1881-1942): intelectual y periodista holandés, conocido por su oposición a la propaganda nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Un grupo de periodistas firmó una carta abierta esta semana para que el Papa lo designe su santo patrón.
- Lázaro, Devasahayam Pillai (1712-1752): El mártir es el primer laico indio en ser santo. Fue un hindú convertido al cristianismo. Arrestado, torturado durante tres años y luego ejecutado, se negó a retractar su fe.
- Luigi Maria Palazzolo (1827-1886) y Giustino Maria Russolillo (1891-1955): sacerdotes italianos.
- Maria Domenica Mantovani (1862-1934) y Maria di Gesù Santocanale (1852-1923): monjas italianas.
Para llegar a ser santo de la Iglesia Católica, el candidato debe recorrer un largo camino: primero siervo de Dios o mártir, luego beato y finalmente santo. Antiguamente los santos eran proclamados por “vox populi”, es decir por aclamación popular. Pero luego, para evitar abusos, la Iglesia estableció esas tres etapas y los obispos asumieron la responsabilidad de iniciar el proceso con una investigación sobre la vida de los candidatos.
La propuesta para iniciar una causa de beatificación —como se llama el primer paso— generalmente se presenta una vez pasados cinco años de la muerte del candidato. Todo milagro debe ser certificado en el caso de que se trate de la curación permanente y no científicamente explicable. Una vez que la Iglesia considera comprobada esa intervención póstuma, el candidato podrá ser proclamado “beato”. Para ser santo el Código de Derecho Canónico exige la comprobación de un segundo milagro ocurrido después de la beatificación.