Bogotá. La violencia electoral en Colombia aumentó significativamente en la recta final de las campañas hacia las elecciones locales del 29 de octubre. Hubo un incremento en amenazas, extorsiones, homicidios y desplazamientos forzados, según informó la Defensoría del Pueblo de ese país este jueves.
El número de agresiones aumentó de 6 en enero a 100 en setiembre, en medio de un recrudecimiento de la violencia posterior a la firma del acuerdo de paz con la extinta guerrilla FARC en 2016.
Carlos Camargo, jefe de la oficina encargada de proteger a las personas contra abusos o actos arbitrarios de la administración pública, conocida como la Defensoría del Pueblo, indicó que “existe una tendencia al alza de comportamientos perjudiciales en todo el territorio nacional”.
La entidad registró distintos tipos de violencia contra sedes políticas, candidatos, votantes, entre otras víctimas, con un total de 323 casos este año con corte a setiembre.
Los principales agresores son disidentes de las FARC que se desvincularon del acuerdo de paz (56 casos), la banda narcotraficante más grande del país, conocida como el Clan del Golfo (54), y la guerrilla del ELN (44).
Según Camargo, la acción del Estado es “insuficiente”. “Necesitamos que las instituciones fortalezcan su respuesta para mitigar los riesgos”, enfatizó.
Los departamentos más afectados por la violencia electoral en agosto y setiembre, los meses más críticos, son Norte de Santander con 20 casos, Arauca con 15 (ambos fronterizos con Venezuela) y Nariño, que limita con Ecuador.
Casi 39 de los 50 millones de colombianos tienen derecho a votar para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y diputados de las asambleas regionales para el período 2024-2027.
Las elecciones coinciden con negociaciones de paz entre el gobierno de tendencia izquierdista y algunos grupos armados, en un intento por poner fin a seis décadas de conflicto.
Este fin de semana, delegados del presidente Gustavo Petro y el principal grupo disidente de la guerrilla FARC, el Estado Mayor Central (EMC), establecieron una mesa de diálogo con el objetivo de desmovilizar a unos 3.500 rebeldes y poner fin de manera definitiva a su insurgencia.
En setiembre, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), integrado por más de 5.800 rebeldes, cerró en Caracas el cuarto ciclo de negociaciones con el gobierno.
"Si verdaderamente tienen una voluntad real y genuina de paz, que eso se traduzca y se vea reflejado en hechos concretos, en gestos inequívocos de querer consolidar ese anhelo", instó Camargo.
El prolongado conflicto colombiano deja nueve millones de víctimas, la mayoría desplazados.