Colón, Panamá. Disturbios callejeros y enfrentamientos con la policía estallaron el martes en la provincia de Colón -un estratégico punto portuario y del comercio de Panamá- después de concluir una marcha pacífica en medio de una huelga para llamar la atención sobre el estado de caos, miseria e inseguridad en esa ciudad, otrora considerada la “tacita de oro” del país.
Los pobladores de Colón, en el Caribe, a 80 kilómetros de la ciudad de Panamá y la provincia con los mayores contrastes en esta nación centroamericana, están indignados por lo que consideran un retraso del gobierno del presidente Juan Carlos Varela en un plan multimillonario que busca reconstruir una ciudad con sistemas de alcantarillado deficientes y vivienda colapsadas.
Las protestas del martes son las más graves desde los violentos disturbios del 2012, cuando los colonenses frenaron una iniciativa oficial que buscaba vender las tierras de la zona franca de Colón, considerada la más grande de Latinoamérica en el negocio de la importación y exportación de mercancías.
Convocados por el Frente Amplio Colonense -un movimiento social y gremial- centenares de panameños vestidos de negro marcharon temprano varias horas desde un sector de las afueras hasta el centro de la ciudad sin que se registrasen actos de violencia y con una fuerte presencia policial.
Aplauso cerrado a la gente decente de Colón que culminaron de manera pacífica la protesta convocada para hoy. #ArribaC3 pic.twitter.com/mK3Pi7BvIE
— Anabella (@AAMPTY) March 13, 2018
Su dirigente Edgardo Voitier se expresó al final satisfecho y llamó a sus seguidores a retornar a las calles el miércoles, al tiempo en que anunció que extendían por 24 horas más la huelga general en la provincia.
El transporte público estuvo parado y los comercios no abrieron sus puertas, aunque la actividad en la zona libre y los grandes puertos de la provincia, entre ellos el de entrada al Canal de Panamá por el Caribe, fue normal.
Pero otros grupos disgustados y que exigían la presencia del presidente Varela lanzaron piedras a la Policía y quemaron neumáticos en varios puntos de la ciudad que quedó envuelta en una humareda, en tanto que otros, tapándose la cara con pañuelos, intentaron abrir las puertas de algunos comercios y querían voltear un carro policial.
No se informó de inmediato sobre heridos ni el número de detenciones a raíz de los desórdenes.
El gobierno no se había referido a los violentos disturbios de la tarde, que parecían sin control.
Más temprano, el secretario de metas, Jorge González, pidió paciencia a los colonenses asegurándoles que la multimillonaria renovación de la ciudad avanzaba en más de 50%, al igual que los proyectos para dotar miles vivienda en las afueras de la provincia.
“No estamos maquillando, estamos reconstruyendo” , dijo el martes a la prensa local González en alusión a la queja de los colonenses de que el proyecto está retrasado y ocasiona muchas molestias por las excavaciones en las calles.
Desatención del Estado
A pesar de ser una provincia portuaria y comercial vital Colón, la provincia ha sufrido por décadas la dejadez de los gobiernos, lo que llevó al colapso de su sistema de alcantarillado, agua potable y vivienda.
Momento en que agreden a director de la Policía Nacional, Omar Pinzón durante protesta en la ciudad de Colón. #NoticiasTVN pic.twitter.com/EWRDbeHObx
— TVN Noticias (@tvnnoticias) March 13, 2018
Los dirigentes de la movilización exigen que el desarrollo sea integral, que involucre a todos los sectores de la provincia y que se generen más empleos.
Al mismo tiempo, demandan mayor combate a la criminalidad en una de las provincias con los mayores índices de homicidios del país. De acuerdo con cifras oficiales, en el 2017 se registraron 73 asesinatos.
El director de la Policía Nacional, Omar Pinzón, recorrió la provincia el martes y dijo que el incremento de los agentes de seguridad es para resguardar la vida de los colonenses durante las protestas, pero también para detener a homicidas y pandilleros y decomisar armas y drogas.