El fin de estímulos económicos en Estados Unidos es una de las amenazas para crecer que afrontan actualmente los países menos desarrollados, como Costa Rica.
Otras amenazas que pesan sobre la recuperación mundial son la recesión en Europa, el conflicto en Siria y la desaceleración en China.
El retiro de los estímulos en los Estados Unidos podría empezar esta semana tras la reunión de la Reserva Federal.
Ese retiro causaría un incremento en las tasas de interés en ese país y se teme que una salida de capitales de los países menos desarrollados hacia allá.
Naciones como México, Chile, Colombia y Brasil ya afrontan presiones sobre su tipo de cambio por esta posibilidad.
Si bien el incremento en el tipo de cambio permite que las exportaciones ganen competitividad, pues resultan más baratas para los extranjeros, los movimientos abruptos pueden afectar la estabilidad y generan incrementos en los precios de los productos importados, que causan inflación.
Además, si la economía norteamericana no crece a mayor ritmo, se dificulta el crecimiento de las exportaciones.
“Si la Reserva Federal cierra la llave, presagio varios años de mediocre crecimiento de la economía mundial. Será el fin de los años de - bonanza, buen crecimiento y desempeño de las economías emergentes y latinoamericanas”, comentó Marvin Acuña, investigador del Centro Internacional de Política Económica de la Universidad Nacional (Cinpe).
En Costa Rica, el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, también ha mostrado preocupación por el efecto sobre los balances de los bancos en dólares si suben las tasas externas y se reduce el financiamiento externo.
“Una recaída de la situación del sector bancario en Estados Unidos y Europa podría tener consecuencias negativas no sólo en esos países sino también en las tasas de interés y en los flujos de financiamiento hacia los países en desarrollo y hacia la periferia europea”, añadió Max Soto, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica.
Otras amenazas. Con respecto a la economía europea, en mayo pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recortó nuevamente su pronóstico de crecimiento para las 17 naciones de la Unión Europea que usan el euro.
La OCDE dijo que se contraerán 0,6 % este año, luego de una caída de 0,5 % en 2012.
Soto añadió a la lista de amenazas el agravamiento del conflicto en Siria, que podría elevar el precio del petróleo y afectar la recuperación de los países importadores de esta materia prima.
China, por su parte, la segunda economía más grande del mundo, llegó a tener tasas de crecimiento de 14 % en el 2007, pero se desaceleró, y, para los próximos años, hasta el 2018, el Fondo Monetario Internacional le pronostica crecimientos cercanos al 8 %.
Esta desaceleración, dijo Soto, afectaría negativamente el precio de materias primas exportadas por países emergentes y, en consecuencia, su crecimiento.