Primero lo primero. Luego de las medidas anunciadas por el Gobierno para enfrentar el problema fiscal por la vía del gasto (cuestión reclamada desde siempre por el sector privado como requisito previo al aumento de impuestos), es claro que lejos de ser cosméticas son significativas y generarán, de aprobarse, una reducción relevante del déficit fiscal.
Hay coherencia y visión política en estos planes porque finalmente se ha comenzado por el gasto. Era lo correcto, medidas si se quiere, heterodoxas, por ejemplo: congelación del presupuesto para este año, trabajar con la misma gente sin contratar nuevos funcionarios, establecer anualidades fijas, aumentos salariales fijos, fijar un 15% de reuniones remotas en el sector público, reducir significativamente la publicidad oficial sin tocar ni inversión en infraestructura ni estudios relacionados con preinversión, ni programas sociales.
Las señales son suficientes y procede de inmediato actuar, pero no solo desde el Ejecutivo, como bien señala Eduardo Ulibarri: ”Al fin, el Ejecutivo demostró estar decidido a asumir su liderazgo y costo político. Ahora falta una disposición similar de la Asamblea Legislativa.”
Ahora, lo segundo: ante la defensa que hace la señora Ministra de Hacienda, de mantener gravada la canasta básica en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), es importante recordar otra razón que esgrima, el control. Si no gravamos todas las fases de comercialización de los bienes, se pierde el efecto de control de este tributo. Este, genera verificaciones automáticas como los que vemos hoy con la factura electrónica en donde muchos empresarios formales, están empujando a la formalidad a sus clientes informales (empresarios de repuestos respecto a dueños de pequeños talleres por ejemplo ).
El cobro del IVA al consumidor final y la posibilidad de recuperar el impuesto soportado antes, haría que los empresarios prefieran comprar materias primas y bienes a proveedores formales. Esto tendría un efecto fundamental en el aumento de la recaudación. No olvidamos que el IVA aumentará los precios, aunque no en igual porcentaje al impuesto y por eso, es importante recordar que igualmente debemos tomar medidas para no afectar a las familias de ingresos más bajos de nuestra economía. Sea devolverles el IVA o sea generar mejores condiciones para ellos, es la forma correcta de hacerlo.
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