El gasto de consumo de los hogares aumentó 2,4% en el último trimestre del 2022, respecto al mismo periodo del año previo, con lo cual este indicador cumple cinco trimestres continuos de desaceleración. Aún así, el crecimiento del consumo es mayor al que registraba en el mismo trimestre del 2019, antes de la pandemia.
Así lo muestran los resultados del producto interno bruto (PIB) y los componentes del gasto que publicó, este viernes 31 de marzo, el Banco Central de Costa Rica (BCCR). Según las cifras, la producción trimestral creció 3,5% en el cuarto trimestre del año respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando los ¢9,8 billones en ese lapso.
Daniel Ortiz, economista y director de la firma de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), explicó a La Nación que la desaceleración del consumo responde a distintos elementos, en los que destacó la restrictiva política monetaria que hace que las familias prioricen sus gastos en bienes esenciales y la disminución en la capacidad adquisitiva de los hogares debido a la alta inflación.
El Banco Central explicó en su Informe de Política Monetaria de enero del 2023, que la desaceleración del consumo de los hogares observada desde finales del 2021, fue consecuencia del efecto de las mayores presiones inflacionarias sobre el ingreso disponible real y de una mayor cautela en cuanto a sus decisiones de compra, dados los bajos niveles de confianza del consumidor.
Sin embargo, en la conferencia de prensa de presentación de ese informe, el presidente de la institución, Róger Madrigal, enfatizó en que para el 2023 y 2024 se preveía un crecimiento en todos los sectores, por lo que habría más “ingresos, bienes y servicios, y riqueza para los costarricenses en los próximos años”.
Otros resultados
Al último trimestre del 2022, según los componentes del gasto, el consumo final del Gobierno decreció 0,9% interanual. Esta es la primera desaceleración en el gasto por consumo del Gobierno General desde mediados del 2021.
Ortiz explicó que la inflación no solo afecta a las familias, sino también al Gobierno, a lo que se le suma la regla fiscal, que limita el gasto que este ejecuta.
Por otro lado, la formación bruta de capital (inversión) reportó una variación negativa del 5,9%. Según indicó el Banco Central, esta prácticamente se estancó luego del dinamismo registrado durante el 2021, debido a la menor inversión privada en nuevas construcciones y a la caída en la ejecución de proyectos públicos vinculados con la construcción de carreteras, caminos y puentes, obras de generación eléctrica y de acueductos y alcantarillados.
En el caso de las exportaciones de bienes y servicios, hubo un crecimiento interanual del 10,8%, al cuarto trimestre del año pasado, y las importaciones de 1%.
En entrevista con La Nación, la semana anterior, Róger Madrigal afirmó que el sector exportador ubicado en zonas francas crece fuertemente, y es una parte de la economía que presenta uno de los mayores crecimientos.
En el Informe de Política Monetaria ya citado, la autoridad monetaria había adelantado cifras preliminares sobre estos resultados. En aquel momento, la entidad proyectó el aumento interanual del PIB trimestral en 3% y el del consumo de los hogares de 3,3%, el del Gobierno 1,9% y la inversión la proyectaban apenas con un crecimiento de 0,8%.
Por su parte, la estimación preliminar daba un incremento en las exportaciones de 15,9% y de las importaciones de 3,5%.
“Estas cifras son consecuentes con lo que ha indicado el BCCR, porque estamos lidiando con los efectos que deja una alta inflación, un endurecimiento de la política monetaria y un menor dinamismo externo en el régimen definitivo”, concluyó el economista de Cefsa.
La inflación, medida por el índice de precios al consumidor, escaló vertiginosamente en el 2022, lo que se tradujo en un aumento igual de acelerado en la tasa de política monetaria. En agosto pasado el indicador llegó a un punto máximo de 12,13% interanual y desde entonces se volvió a enfilar hacia el rango meta de la autoridad monetaria (entre 2% y 4%).
Aunque el crecimiento del gasto en consumo de los hogares costarricenses acumula cinco trimestres consecutivos de caídas, los niveles siguen siendo mayores a los reportados en el 2019, previo a la pandemia. Fotografía: (Alonso Tenorio)