El proyecto de Educación y Formación Técnica Profesional (EFTP) en la modalidad dual se aprobó como ley un 12 de setiembre de 2019, sin embargo, en medio de su proceso de consolidación y la formación de su reglamento se interpuso la crisis sanitaria por covid-19, lo que trajo una serie de desafíos para los actores involucrados de llevar el proceso a la práctica.
El Ministerio de Educación Pública (MEP), el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), las universidades públicas y privadas, la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) —en representación del sector empresarial privado—, entre otros; aseguran encaminar esfuerzos conjuntos para asumir, de la mejor manera, los elementos, que por la coyuntura actual, son más difíciles de llevar a cabo en el inicio del curso lectivo.
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El que las empresas aporten una suma de dinero al fondo de becas del INA, la inversión en la compra de la póliza para el estudiante, la contratación y capacitación del mentor asignado, el necesario retorno a la presencialidad y la implementación de protocolos sanitarios en las empresas, son algunos de los retos que enfrenta la educación técnica dual para comenzar.
“Vamos a iniciar aún con todas las dificultades. La crisis económica y social derivada de la pandemia necesita medidas de reactivación económica, y la inversión en educación técnica es una estrategia muy importante”, expresó Pablo Masís, director de Educación Técnica del MEP.
Las instituciones no tienen visualizado iniciar, el 8 de febrero próximo, la educación dual abierta en 40 colegios técnicos del país, sino que van a empezar con pequeños esfuerzos, dos o tres colegios y una cantidad de empresas que se animen a invertir en los estudiantes que reciban.
El proceso
El país aprobó, en setiembre de 2019, la ley de Educación y Formación Técnica Dual (N.º 9.728), y en abril del año pasado se comenzó a trabajar en el reglamento en conjunto con todas las organizaciones e instituciones involucradas.
A partir del reglamento, se le indicó a cada una de las partes que tenían que empezar a trabajar en el diseño de sus ofertas de servicio. Asimismo, se creó una Comisión Asesora y Promotora de la Educación Dual (CAP) —de carácter consultivo y que está adscrita al MEP— con el fin de promover la EFTP dual, asesorar a las autoridades competentes en el campo y lograr una articulación entre el sector público y el privado.
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Las instituciones formadoras como el MEP o el INA tienen la tarea de desarrollar programas de estudio modalidad dual, y el sector social son los garantes de que se respeten las condiciones laborales. Las políticas las va dictando la ley y cada una de las instituciones.
Desde abril del 2020 hasta la fecha, las organizaciones vienen trabajando en sus ofertas de servicio y en la aprobación del diseño de los programas, para poder brindar a todos los estudiantes las mejores condiciones y oportunidades dentro del mercado laboral.
Acciones
A principios de diciembre, el MEP presentó al Consejo Superior de Educación dos programas de estudio que ya tenían dentro de las especialidades técnicas del Ministerio, pero ahora en modalidad dual.
Esperan tener la aprobación para poder arrancar el 8 de febrero —fecha oficial de inicio del curso lectivo en el país— sin embargo, la propuesta también plantea la posibilidad de empezar en julio, ya que la modalidad dual, al ser un ambiente alterno entre empresa y centro educativo puede ser más diversa y ágil que la educación técnica regular.
Por parte del INA, lograron elaborar y aprobar el reglamento referente al fondo especial de becas, del cual la institución debe asignar como mínimo el 1% de su presupuesto ordinario anual para este propósito.
Están diseñando cinco nuevos programas en el marco de la educación técnica dual. Los que ya están listos son: Operación de asistencia en la cocina y Administración de puntos de venta; y los tres restantes que están en proceso: Gestión de producción, Electricidad y Electromecánica.
“Teniendo los programas listos, corresponde la articulación a través de las Cámaras de las distintas empresas que necesiten talento humano capacitado en estos programas”, dijo Andrés Romero, presidente del INA.
Asimismo, están en el proceso de elaboración de cursos en modalidades presenciales y virtuales para la formación de las personas mentores o mentoras de las empresas, los cuales coordinan directamente con los docentes del instituto.
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La Cámara de Industrias ha brindado las necesidades de capacitación y la visión del mercado laboral, y afirman que la necesidad principal es el reforzar el planeamiento de la ocupación.
La CICR ayudó a los empresarios a conocer qué era lo que necesitaban y lo que ocupaban aprender. Eso lo sometieron al Marco Nacional de Cualificaciones de la EFTP, y en estos momentos ya el marco aprobó la formación dual para carreras técnicas de Electromecánica, Electricidad y de Inspección de Calidad.
En un estudio realizado por la Cámara, en el 2020, se observó que incluso en una coyuntura como la actual, el sector electromecánico era el que más necesitaba ocupaciones, ya que la innovación en el sector industrial solo se iba a dar con nueva maquinaria, la cual ahora está contemplada en las capacitaciones.
La pandemia les ha hecho ver que hay personas desempleadas en el mercado que con solo que se les brinde competencias específicas de corta duración en capacitación, pueden llegar a conseguir empleo en otra área aprendida en los cursos.
“A nosotros lo que más nos duele en Cámara de Industrias es que entrevisten a alguien que tenga tiempo de no tener trabajo y que le pregunten: ¿usted se ha especializado o ha adquirido nuevas competencias en este tiempo? Y que responda que no. Porque entonces tras de que no tuvo trabajo ni siquiera se preparó para el futuro, la formación dual brinda esto”, expresó José Salas, asesor de talento humano de la Cámara de Industrias de Costa Rica.
Los desafíos futuros
En todas las instituciones involucradas, se está coordinando para empezar la formación dual desde el punto de vista teórico de manera virtual, y la experiencia práctica con una poca cantidad de estudiantes en forma presencial.
Por lo que ahora, se está trabajando en la realización de protocolos sanitarios en las empresas para que también apliquen a los estudiantes y se pueda retornar, de manera gradual, a la presencialidad.
Asimismo, otro de los retos que trajo la pandemia, es el de la formación de técnicos con otras habilidades para trabajar desde la distancia, desde la virtualidad y que sean productivos.
Los centros educativos van a empezar con pequeños esfuerzos, dos o tres colegios y un grupo en cada colegio. Esto porque las empresas que se arriesgan a invertir en esta modalidad, tienen que ir “calibrándose”, es decir, ir aprendiendo de la cultura de cada institución, tienen que haber cumplido con la formación del mentor que la ley exige, y el aporte mensual de ¢120.000 al fondo especial de becas del INA por cada estudiante que reciban.
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Asimismo, el pago del seguro de riesgos de trabajo especial para formación técnica dual, que es la póliza del INS que cubre a las personas estudiantes en caso de un accidente en la empresa, todos estos factores que implican un costo para las compañías son un reto importante.
“Claro está que si estuviéramos en otro contexto económico más favorable, probablemente nosotros podríamos empezar educación dual con más grupos y más colegios, porque habría más empresas interesadas en invertir en la póliza y en el fondo de becas”, señaló Masís del MEP.
Además, es en las pequeñas y medianas empresas donde se van a tener menos posibilidades de abrir educación técnica dual en las primeras etapas.
Por lo anterior, sí tienen visualizado que los primeros esfuerzos van a ser atendidos por empresas grandes que puedan hacer la inversión, y conforme el país recupera la economía, la idea de las organizaciones es también estimular a las empresas más pequeñas para que hagan el esfuerzo.