Cada vez que una persona paga a otra por medio de una transferencia interbancaria, cancela una comisión que puede oscilar entre $1,25 (unos ¢715) y $5 (unos ¢2.860) si la hace por una vía electrónica; o entre $1 (¢572) y $20 (¢11.440) si la realiza en ventanilla.
En los últimos tres años, la mayoría de estas tarifas se han mantenido o han subido de costo –muy pocas bajaron–, a pesar de que el Banco Central disminuyó las comisiones que cobra a los bancos para usar su plataforma Sinpe (Sistema de Pagos Electrónicos).
Tampoco se redujeron pese a que el incremento en el volumen de transacciones se traduce en mayores ingresos por comisiones para las entidades financieras
En junio del 2014, por cada transferencia los bancos pagaban ¢100 a la entidad que recibe los fondos y ¢69 al Central por el uso de su plataforma Sinpe. Además, cancelaban ¢109.975 de suscripción mensual a la autoridad monetaria.
Actualmente, los bancos pagan ¢40 al Banco Central, ¢40 a la entidad destino y ¢25.000 de suscripción mensual.
¿Por qué bajó? Lo que permitió al Banco Central reducir las comisiones que cobra a los bancos fue el fuerte incremento en los pagos directos, explicó Carlos Melegatti, director de la División de Sistemas de Pago.
Entre el 2014 y el 2017, el número de transacciones aumentó en 70% y el monto transado, un 64%.
Para este año, el Central prevé que se hagan 12,6 millones de transferencias por un monto superior a los $100.000 millones.
Si hay un mayor volumen sobre una misma plataforma tecnológica, el costo de realizar cada transferencia baja y, por eso, fue posible reducir las tarifas.
El Central está interesado en promover las transacciones electrónicas pues se reduce el uso de efectivo, que le cuesta al país cerca de $500 millones al año.
Las razones. ¿Por qué los bancos no bajan también sus tarifas al público si, al igual que el Central, pagan menores comisiones y procesan un mayor volumen de transacciones?
Los banqueros justifican que sus costos difieren de los del ente emisor, según las consultas planteadas a las agrupaciones que representan a las entidades financieras y a los bancos.
“Mientras el Banco Central mantiene su plataforma, los bancos comerciales han tenido que invertir más en aplicaciones de sus plataformas tecnológicas para incluir los equipos móviles (como celulares y tabletas) y sistemas de seguridad en la banca en línea, dado el incremento y la sofisticación de los delitos informáticos”, comentó Bernardo Alfaro, presidente de la Cámara de Bancos y subgerente de Riesgo y Crédito del Banco Nacional.
“No se puede comparar el costo del Banco Central respecto a las entidades financieras, al costo de los bancos con sus clientes, porque los bancos deben atender, procesar y cuidar de fraudes millones de transacciones”, dijo María Isabel Cortés, directora de la Asociación Bancaria Costarricense.
Por su parte, Renán Murillo, director comercial del Banco de Costa Rica, señaló que, en su esencia, el Banco Central es un banco de bancos, no atiende público y todos sus servicios son electrónicos, y por tanto, requieren poca mano de obra.
Añadió que el Banco de Costa Rica hace estudios periódicos y ajusta las tarifas que cobra, cuando las condiciones de costos y mercado así lo determinan y las tarifas de las transferencias de fondos a terceros se revisarán este semestre.