Restauración Nacional (PRN) es el partido que más dinero guardó de la deuda política para financiar su operación en periodo no electoral. En total, dispone de una reserva de ¢3.564 millones.
Ese monto equivale al 60% de los casi ¢6.000 millones que, como máximo, la agrupación puede acceder de la contribución estatal fijada para las elecciones pasadas.
El dinero guardado por el PRN para gastos de organización y capacitación es un 27% superior al monto que reservaron, en conjunto, los otros ocho partidos políticos que también puede optar por recursos de la deuda política.
Para los comicios recién concluidos el Estado destinó poco más de ¢25.000 millones, el equivalente al 0,08% del Presupuesto Nacional del 2016, según establece El Código Electoral.
Restauración fue la agrupación que obtuvo la tajada más grande de la deuda política, pues fue el grupo que más votos válidos contabilizó entre los comicios presidenciales y para diputados, del 4 de febrero anterior (926.000 sufragios). Para el cálculo, no se toma en cuenta la segunda ronda del 1.° de abril.
No obstante, su alta reserva no tiene una relación estrictamente directa con ese hecho, sino que se debe a que, en sus estatutos, la agrupación estableció que el 45% de la contribución estatal se destinará a gastos de la organización permanente y un 15% para capacitar a la dirigencia, es decir, que solo dejó un 40% para gastos meramente electorales.
Bajo ese panorama, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), como máximo, solo le puede reconocer al PRN gastos de campaña por hasta ¢2.376 millones. La agrupación tiene tiempo hasta el 26 de julio para presentar la liquidación.
En promedio, el resto de partidos solo guardaron un 15% de la contribución estatal para financiar su operación permanente, o sea, dos veces menos que Restauración.
Ese es el caso de los partidos a escala nacional: Acción Ciudadana (PAC), Frente Amplio (FA), Liberación Nacional (PLN), Unidad Social Cristiana (PUSC), Integración Nacional (PIN) y Republicano Social Cristiano (PRSC).
Y de las agrupaciones provinciales: Unión Guanacasteca y Auténtico Limonense.
Esos grupos accedieron a la deuda política por dos vías: obtuvieron más del 4% de los votos en su elección, o bien, eligieron al menos un diputado.
Para acceder al dinero guardado, los partidos deben aportar al TSE las facturas y la documentación de respaldo que justifique los gastos incurridos. Si el Tribunal concluye que el servicio o el bien en efecto se contrató y se cumplieron los parámetros legales, reintegra el dinero pagado, de lo contrario lo rechaza. La reserva queda en manos de la Tesorería Nacional y no en las arcas de las agrupaciones.
La Nación intentó obtener una reacción del presidente y diputado del PRN, Carlos Avendaño, pero cuando se le dijo de qué trataba el artículo dijo que en ese momento no podía hablar y colgó el teléfono. Se le volvió a llamar después, pero ya no atendió las llamadas.
Uno a uno
En el caso del PAC, en sus estatutos fijó como reserva el 20% de la deuda política obtenida, y que un 90% de esa suma se destine a organización y el 10% restante a capacitación.
Los rojiamarillos guardaron poco más de ¢1.000 millones para financiar capacitaciones, o bien, para pagar planilla, alquileres, servicios públicos, papelería y la contratación de servicios especiales y profesionales, entre otros.
El Frente Amplio destina un porcentaje mayor que el PAC para su operación permanente, guarda la cuarta parte. Un 10% para formación política y un 15% para gastos de organización.
El Republicano reserva un 15%, el PUSC un 13% y el PLN un 11%. Integración Nacional es el partido que menos guarda, solo un 2%, la mitad para organización y la otra mitad para capacitación.
En el caso de los provinciales, el Auténtico Limonense guarda el 5% y Unión Guanacasteca la tercera parte (30%).
5 partidos con números rojos
Siete de los nueve partidos que participaron en la pasada contienda electoral ya presentaron la liquidación de gastos ante el TSE. Solo faltan el PRN y el PAC, que tienen tiempo hasta el 26 julio, pues el plazo se les amplió debido a su participación en la segunda ronda.
Cinco de esas agrupaciones quedan en números rojos, es decir, que gastaron más del monto que como máximo pueden acceder de la deuda política, si cumplen todos los requisitos fijados por el TSE. Ese saldo no se puede sufragar con los recursos de la reserva, pues no son ni de organización partidaria, ni de capacitación.
En esa condición quedó el Frente Amplio, partido que gastó ¢426 millones más de los ¢487 millones a los que tiene acceso de la contribución estatal.
La tesorera del FA, Marjorie Montes, aseguró que la agrupación no quedará con una situación crítica en sus finanzas, asegura que solo adeudan ¢300 millones al banco BCT y ¢160 millones con CoopeAlianza, y que con el monto de la deuda política disponible para gastos electorales (¢487 millones) "quedan tablas" en las cuentas, sin déficit.
"El resto son gastos no redimibles, desde el momento en que nosotros presentamos la liquidación y hay una diferencia sabemos que es un gasto no redimible. No quedamos debiendo dinero. La reserva de certificados de cesión tipo A, toda está en manos del BCT.
"La serie B se vendió en publicidad y la gente desde que firmó la recesión de los bonos sabe que es un derecho que puede ser redimible o no. En eso estamos claros, eso es en publicidad, no se le debe nada a nadie", explicó Montes.
En el caso de Republicano, el déficit es de ¢711 millones, en el Auténtico Limonense es de ¢16 millones, en el PUSC de ¢12 millones y en Unión Guanacasteca de ¢4 millones.