El 62,5% de los psicofármacos prescritos en Costa Rica entre 2018 y 2021 fueron recetados a mujeres. Si se ve la cantidad consumida, el 59,9% de los 957.598 gramos con receta en ese periodo fueron prescritos para esa población.
En su mayoría, se trata de ansiolíticos, pero también se incluyen medicamentos supresores del apetito o fármacos utilizados para el insomnio y para atacar convulsiones.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio elaborado por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD).
Los investigadores, Mónika Hidalgo Rivera y Andrés Rodríguez Pérez, revisaron la cantidad de medicamentos recetados en ese periodo, con base en los datos del Ministerio de Salud, pues por el tipo de medicamentos, requieren una receta médica para despacharse y esa entidad lleva el control.
“Lo ilegal está más estudiado, también el uso desviado de los medicamentos, pero no había antecedentes de lo que se prescribía y su descripción. Lo más importante para saber si se están usando bien o mal era estudiando”, destacó Hidalgo en entrevista con La Nación.
Para la farmacéutica, es necesario estudiar el uso de estos medicamentos, ya que tienen acción sobre el sistema nervioso central. Estos requieren especial cuidado porque podrían llevar a una relación de mayor dependencia del fármaco.
Por esa razón, dijo, requerían ver el perfil de la población que más los consume. Fue así que se detectó que las mujeres, los residentes del Valle Central y, en menor número, los adultos mayores, son quienes más utilizan estos fármacos.
Sin embargo, hay un vacío, porque en el sistema digital no se anota el padecimiento o condición del paciente ni la razón por la que se le prescribe el medicamento, pues hay varios fármacos que podrían tener más de una indicación. Por ejemplo, algunos se usan como anticonvulsivos, otras veces como relajantes musculares o como adelgazantes.
Tener claras las razones de estas prescripciones daría un panorama más claro, pero también se verá si hay males que pudieron remediarse con otro tipo de medicamentos o con modificaciones en el estilo de vida.
¿Por qué las mujeres?
El estudio no ahondó en las razones por las cuales las mujeres son las principales pacientes, pero Hidalgo tiene hipótesis.
“El hecho de ser cuidadoras y de tener un rol activo en otras actividades más allá del quehacer doméstico hace que debamos ser fuertes y funcionales y esto nos lleva buscar ayuda cuando no nos sentimos en capacidad. Es un ‘tengo que estar bien para cumplir’”, manifestó la investigadora.
En cambio, con los hombres sucede lo contrario. El machismo todavía sigue dejando huella, insistió la científica.
“Puede haber un subregistro de hombres que necesitan atención y no la buscan. No es que las mujeres se enferman más, es que ellos no buscan ayuda. Una investigación del Instituto de Investigaciones psicológicas decía que los hombres son más propensos al suicidio y el que no buscaran ayuda impacta en eso”, destacó Hernández.
Cuando se ver por sexo, hay diferencias entre lo que maś se prescribe para ellas y lo que más les recetan a ellos.
“Es pertinente destacar que en los diez psicotrópicos con más gramos consumidos, existe un anorexígeno dentro del listado correspondiente a las mujeres que no se encuentra en el de los hombres (Clobenzorex), por lo que sería importante determinar las causas reales, es decir, si el uso de esta categoría de medicamentos está influido por la presencia de un índice de masa corporal mayor por sexo o si se debe meramente a exigencias preestablecidas a nivel social para las mujeres respecto al concepto de la belleza”, cita la investigación.
Para Hernández, esto podría reflejar otra carga para la mujer.
“Además, tenemos que vernos físicamente delgadas, y esto hace que otras mujeres busquen hacerlo de forma artificial, con medicamentos”, añadió.
Sin embargo, aclaró que hay mujeres que consumen los medicamentos supresores del apetito de esta lista con otro fin. Al ser derivados anfetamínicos van a darle también más energía; esto tiene otra parte negativa. Estos anorexígenos, al dar más energía, dan insomnio, entonces se les administran benzodiacepinas para contrarrestar el insomnio.
¿Cuáles medicamentos se recetan más?
Los investigadores indican que hay diferencias entre los psicofármacos más recetados y los que se consumen en mayor volumen. Esto es así porque hay principios activos que requieren de mayor dosis para lograr el efecto necesario en el alivio del síntoma o tratamiento de la enfermedad. Esto quiere decir que las dosis máximas y mínimas son diferentes para cada uno.
Si vemos los más consumidos por gramo, estos son los principales:
Fenobarbital: un medicamento que también es ampliamente utilizado contra las convulsiones, también se usa como preanestésico. Durante los periodos más fuertes de covid-19 también se utilizó como apoyo en los pacientes en cuidados intensivos.
Fentermina: un supresor del apetito utilizado durante periodos cortos para acelerar la pérdida de peso. Este no es el único de la lista, también están el clobenzorex y el clobazam. Estos deben usarse solo bajo estricto criterio de especialistas en Nutrición y Endocrinología.
Clonazepam: el ansiolítico de uso más común en Costa Rica y se usa principalmente contra los ataques de pánico. Este debe utilizarse bajo estricto seguimiento médico y de forma puntual, pues puede desarrollar dependencia.
Diazepam: se usa para bajar la ansiedad y también el síndrome de abstinencia a alcohol o alguna droga, pero también debe ser vigilado el uso porque puede generar dependencia física.
Lorazepam: se usa para calmar la ansiedad y promover la relajación, pero también se corre el riesgo de adicción, se usa por períodos prolongados.
Si en cambio lo vemos por los medicamentos más recetados según el número de prescripciones, las cifras cambian, aunque no dramáticamente. Los medicamentos terminados en “pam”, conocidos como benzodiacepinas, que ayudan a calmar la ansiedad y las convulsiones, también aparecen de primeros, pero se les incluyen otros en lista.
El Clonazepam es el más recetado, de acuerdo con el reporte, lo que también se debe a que está en la Lista Oficial de Medicamentos (LOM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); otros de este tipo no son prescritos con tanta frecuencia por no ser parte de esa lista.
Sin embargo, se les unen otros de esta y otra familias.
Alprazolam. También es una benzodiacepina. Se utiliza para tratar los trastornos de ansiedad y el trastorno de pánico.
Midazolam. Es un inyectable. Se usa antes de los procedimientos médicos y cirugía para causar somnolencia, aliviar la ansiedad y evitar cualquier recuerdo del evento. Algunas veces también se administra como parte de la anestesia durante la cirugía para producir pérdida del conocimiento.
Zopiclona. Se da para tratar insomnio y problemas del sueño.
Las lecciones de la pandemia
Hidalgo señaló que, a diferencia de lo visto en los otros países, en Costa Rica no se registraron aumentos estadísticamente significativos en estas recetas con la llegada de la pandemia. Sin embargo, indicó que esto puede deberse a otras situaciones, como una mayor ingesta de bebidas alcohólicas o de drogas ilegales que no se registran como recetas médicas.
Sin embargo, para la especialista, en esta etapa, cuando nuestras vidas parecieran haber vuelto a la normalidad de prepandemia, conviene considerar otras formas de cuidar nuestra salud mental y emocional con buena alimentación, ejercicio, aire fresco, pero también terapia psicológica. Esto va especialmente dirigido al tema de los fármacos para suprimir el apetito.
También hace un llamado a los médicos a no prescribir estos productos a personas que tal vez no los necesitan.
“Es pertinente la vigilancia en cuanto a los patrones de consumo y prescripción, debido a que los usuarios pueden desarrollar tolerancia y dependencia después de un uso en un plazo superior a lo terapéuticamente recomendado”, señala el documento.

Pero también el estudio recomienda profundizar a futuro sobre lo que sucede en Costa Rica y los embates en nuestra salud mental.
“De los diez medicamentos más prescritos cinco tienen una indicación para ansiedad, por lo que se recomienda hacer una revisión más profunda para saber si se están prescribiendo para estos efectos y, a la vez, implementar el registro del criterio médico en la plataforma de receta digital, lo que permitiría verificar la congruencia entre el diagnóstico y al tratamiento prescrito”, subraya el informe.
También llaman a los médicos a no recomendar dosis por más del tiempo necesario, para evitar dependencia física y emocional.