Cada año, cerca de 50 millones de mujeres en el mundo entran en la menopausia, pero a pesar de ser algo tan común, esta etapa sigue rodeada de mitos.
Por esa razón, este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, diferentes organizaciones llaman a hablar del tema sin estigmas y sin tratar la menopausia como una enfermedad, sino como una fase más en la vida de todas las mujeres.
Es el caso de la revista médica The Lancet, que esta semana publicó una serie de artículos científicos y notas de opinión.
Esta etapa comienza con cambios hormonales por los que la menstruación deja de ocurrir. Para que se considere menopausia, la menstruación debe estar ausente durante un año completo.
Generalmente ocurre entre los 45 y 55 años, aunque podría comenzar antes. El promedio de edad son los 51 años; entre los 40 y 45 se considera menopausia temprana y si se da entre los 35 y 40, es prematura.
La serie de The Lancet recalca que la experiencia de cada mujer con la menopausia varía enormemente y no hay una única receta para abordarla. Muchas tienen su transición sin problemas, mientras que otras tienen síntomas graves o prolongados, dentro de los que sobresalen, calores, sudores nocturnos, trastornos del sueño, resequedad vaginal y dolores musculares o de articulaciones. Quienes viven estos síntomas requieren información, apoyo y, en ocasiones, medicamentos.
En las publicaciones se señala un factor que puede contribuir a las experiencias negativas y es la discriminación por edad, que además puede tener un tinte machista. De ahí que piden reducir el estigma y reconocer la contribución de las mujeres mayores.
Según los autores, desde el siglo XX esta etapa de la vida se medicaliza, cuando no es una enfermedad y muchas mujeres lo pasan sin síntomas del todo.
“Se medicalizó con la creencia de la identidad de la mujer (femineidad) y su salud mental y física estaban regidas por el balance, exceso o deficiencia de estrógenos. Una amplia gama de desórdenes físicos y mentales se atribuyó a desbalances hormonales”, destacó.
El editorial que acompaña a la serie también habla de la terapia de reemplazo hormonal, la cual no todas las mujeres quieren o pueden tomarla. En este sentido, la terapia cognitivo conductual puede ayudar a los síntomas y mejorar el ánimo
“Acceso fácil a información imparcial –no de quienes mercadean un producto o servicio–tanto antes como durante el proceso de transición a la menopausia facilitan la toma de decisiones, así como el acompañamiento de médicos informados que escuchen con empatía y faciliten el proceso”, destaca el editorial.
Igualmente, se aboga por menos medicamentos y otras opciones de tratamiento farmacológico, sin depender de los laboratorios farmacéuticos.
Controversia
Sin embargo, no todas las mujeres en edad menopáusica comparten ese punto de vista. Una de ellas es Patricia Fernández de Lis, periodista editora de la sección Maldita Ciencia, del El País de España. En su cuenta en la red social X (antes conocida como Twitter) manifestó su desacuerdo con la referencia a la “excesiva medicalización” que critica The Lancet.
Fernández, quien lleva ya dos años en menopausia, afirma que no se puede hablar de medicalización cuando ni siquiera se ha encontrado un remedio que ayude a dormir y detenga los sofocos, la niebla mental y los cambios de humor.
Si así fuera, advirtió, tampoco se podría hablar de medicalización, pues hay mujeres que definitivamente lo requerirían. Para ella, el problema está en que se mira muy distinto cuando se trata de mujeres y hombres.
“Por lo que sea, nadie les pidió a los señores que aceptaran con deportividad su naturalísima disfunción eréctil y se haya ‘medicalizado su proceso’ con la Viagra. Y eso que la disfunción eréctil no tiene por qué suponer una merma directa en tu calidad de vida como sí es, para algunas mujeres, vivir los síntomas de la menopausia sin suficiente información como para tomar decisiones informadas sobre su propio cuerpo”, afirmó.
El ginecólogo costarricense especialista en climaterio y menopausia Carlos Escalante sí estuvo de acuerdo en que es necesario dejar de ver la menopausia como enfermedad y que es importante hablar de un estilo de vida saludable, pero también consideró en que debe tomarse en cuenta que hay mujeres que sí van a requerir de terapia de reemplazo hormonal o algún otro tratamiento médico.
“Muy bien si lo logro, ¿pero y si no lo logro? Muy bien la terapia, pero no todas pueden pagarla. La mujer no tiene por qué sufrir. Hay medicamentos y opciones para aminorar los síntomas y proteger su salud. No podemos normalizar el sufrimiento. Hay tratamientos seguros y efectivos según la necesidad”, aseguró Escalante.
En setiembre pasado, un análisis en la revista Cell detalló más bien que el 85% de las mujeres en el mundo que requiere medicamentos para afrontar la menopausia no tenía acceso a ellos.
¿Qué le pasa al cuerpo cuando entra en menopausia?
Los cambios hormonales son constantes en el cuerpo femenino, y el de la menopausia es similar al ocurrido cuando se comienza a menstruar.
Conforme una mujer envejece, los folículos, los sitios donde se desarrollan los óvulos, se quedan sin hormonas claves: el estrógeno y la progesterona.
“Es un cambio hormonal sumamente fuerte. El cuerpo de la mujer tiene 200 receptores de estrógenos. Cuando la mujer se queda sin hormona son 200 sitios que se quedan sin la acción de esa hormona”, precisó Escalante.
Menopausia temprana y prematura
Alrededor del 12% de las mujeres llegan a su menopausia entre los 40 y los 44 años. Entre un 2% y un 4% adicional vivirá este proceso antes de los 40 años. En algunos casos, cita el estudio, esto también puede llevar a mayores problemas de salud, como el riesgo de fracturas o de deficiencia de calcio. También pueden experimentar todos los síntomas antes y acelerar el envejecimiento.
En estos casos, hay una mayor necesidad de terapia de reemplazo hormonal. Para Escalante, sea o no la situación, el acompañamiento emocional es muy necesario.
“Es acompañarlas para que entiendan que no se están volviendo viejas y que, con el debido tratamiento, no van a tener ningún tipo de problema. En algunas también es necesario acompañarlas por si todavía pensaban en tener un hijo, especialmente en las que tienen treinta y resto”, señaló.
Menopausia después del cáncer
Las mujeres que vivieron cáncer también fueron mencionadas por The Lancet. Estas pueden dividirse en dos grupos. Por un lado, aquellas que por herencia, tienen mutaciones genéticas que las hacen más propensas a cáncer de mama y ovario, por lo que toman la opción de extirpar ovarios y útero. Por otro, están quienes luego de sus tratamientos para el cáncer entraron en menopausia antes de tiempo.
Según el artículo, diagnosticar menopausia después del cáncer puede ser retador, porque muchas vuelven a menstruar dos años después de la quimioterapia o radioterapia, por lo que se sugieren otros análisis.
En este caso, los especialistas señalan que las mujeres menores de 45 años sin contraindicaciones deberían tener acceso a un tratamiento individualizado que incluya terapia hormonal. Sin embargo, si ellas ya tuvieron cáncer de mama, está contraindicado darles estas hormonas.
Escalante mencionó un estudio independiente que se hizo el estudio en mujeres con mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 que tuvieron cirugía y se eliminaron sus ovarios. Ellas podían decidir si tomaban terapia de reemplazo hormonal o no. No se vio un aumento de riesgo de cáncer en quienes decidieron hacerlo.
“En estas pacientes con predisposición genética no aumentó el riesgo de cáncer de mama. Es diferente de las que ya tuvieron cáncer, a ellas no se les recomienda eso, todo lo contrario, pero en quienes no han tenido cáncer, las hormonas no representan mayor riesgo. La medicina es una ciencia personalizada, no un presentimiento”, concluyó.